Por Pilar Bonet Foto Maxim Shipenkov EFE
El País (Es)
El escritor peruano Mario Vargas Llosa elogió la figura de León Tolstoi el jueves por la noche al recoger el premio Yásnaya Poliana (en su modalidad de literatura extranjera) por su novela Un héroe discreto. En la sala Beethoven del teatro Bolshói de Moscú, donde se celebró la ceremonia, el Nobel de literatura dijo haber experimentado una “gran influencia” del autor ruso, quien además, subrayó, “estuvo profundamente implicado en los problemas de su tiempo”.
El jurado del premio, formado por críticos literarios, literatos y escritores premiados anteriormente, está presidido por Vladímir Tolstoi, que además de ser tataranieto de León Tolstoi, es consejero sobre temas culturales y artísticos del presidente ruso, Vladímir Putin. En su modalidad en ruso este año el premio recayó en Andréi Rubánov por su novela Patriot (El patriota).
En su categoría para obras en ruso, el galardón existe desde 2003. En la categoría de literatura extranjera (para obras traducidas al ruso), el premio se concede desde 2015 y está dotado con 1,2 millones de rublos (algo más de 17.600 euros al cambio actual) para el ganador y 500.000 rublos para el traductor, que en el caso de Vargas Llosa fue Kiril Korkonósenko. En 2016 el premio recayó en el turco Ojrán Pamuk. Organizadores del evento son el Museo de León Tolstoi en Yásnaia Poliana y la empresa coreana Samsung.
“El mundo necesita hoy más que nunca héroes modestos, gente que no realiza hazañas, ni toma las armas, ni vuela al cosmos (…), pero que vive su vida como creen que la deben vivir”, afirmó Vladímir Tolstoi, que calificó de extraordinario al personaje central de la novela premiada, el empresario Felicito Yanaqué, dispuesto a “no dejarse pisotear”. El premio Tolstoi debe ser un contrapeso al que lleva el nombre del inventor de la dinamita, dijo, por su parte, Mijail Shvidkoi, representante especial del presidente Putin para la colaboración internacional y cultural, refiriéndose al pacifismo del autor de Guerra y paz y a las actividades empresariales de Alfred Nobel.
Vargas Llosa contó que había leído por primera vez Guerra y paz en francés a comienzos de los años sesenta y que releyó con posterioridad esta novela que “absorbe toda una época y muestra una sociedad en movimiento desde el vértice hasta el nivel popular”. Afirmó también haber leído todas las obras de Tolstoi traducidas al español, inglés y francés. El Nobel de Literatura peruano acudirá esta semana a Yásnaia Poliana, la hacienda situada en la provincia de Tula donde vivió el gran escritor ruso y que hoy es sede de un museo y una fundación cultural. Vargas Llosa dijo haber estado ya en esa hacienda en una ocasión hace siete años durante uno de sus tres viajes anteriores a Rusia.
Al final de la ceremonia, preguntado por los periodistas sobre cómo ve el futuro en Cataluña, Vargas Llosa se refirió a la suspensión temporal de la entrada en vigor de la independencia por parte del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Opinó el escritor que “la declaración de Puigdemont, que era un poco absurda, señala de todas maneras un cierto retroceso”. “Yo creo que el movimiento de los bancos y las empresas huyendo de Cataluña ante la inseguridad tremenda que ha creado esta amenaza de independencia ha servido a los independentistas para comprender la enormidad del intento que podría destruir enteramente a Cataluña convertida en un país marginal fuera de Europa, fuera del Euro y sin reconocimiento internacional”, sentenció. “Dentro del movimiento independentista hay un sector más bien moderado que está dando marcha atrás y eso se refleja en esa extraordinaria ambigüedad que es declarar una independencia y suspenderla exactamente a los siete segundos”, dijo. “No creo que este movimiento secesionista (…) vaya a prosperar”, continuó Vargas Llosas que, inquirido sobre su propio sentimiento de identidad, dijo ser “muchas cosas a la vez”. “Soy peruano, soy español, soy una persona del mundo, me siento en mi casa en todos los países en los que puedo leer y escribir con libertad”.
Vargas Llosa atajó la comparación efectuada por una periodista entre la acción del gobierno español y el de Venezuela, en el primer caso para intentar impedir el referéndum y en el segundo, en contra de la oposición. “Eso es una estupidez que no tiene ni pies de cabeza”, exclamó, y prosiguió: “Maduro es un dictador. En Venezuela las libertades han desaparecido. En Venezuela hay una dictadura que impide que haya realmente elecciones libres, instituciones representativas y en España en cambio sí es una democracia funcional, que forma parte de la Unión Europea, que es una construcción profundamente democrática”. Finalmente, aseguró: “Los venezolanos se equivocaron cinco veces al votar por Chávez que instaló una dictadura y ahora lo lamentan profundamente, ahora la gran mayoría de los venezolanos quisiera volver a la democracia y a la libertad, pero ahora no hay elecciones libres y les va a costar muchos sufrimientos”.