Revista Pijao
Roy Vega Jácome, ganador del Premio Poeta Joven del Perú 2017
Roy Vega Jácome, ganador del Premio Poeta Joven del Perú 2017

Por Juan Carlos Fangacio  Foto Paco Sanseviero

El Comercio (Pe)

Roy Vega Jácome acaba de cumplir 29 años, una edad que le permitió postular al relanzado Premio Poeta Joven del Perú, de la Fundación Marco Antonio Corcuera, y ganarlo. Un galardón que en su última edición, en 1999, obtuvo su hermano mayor, el escritor Selenco Vega.

—En tu obra pesa el tema de la juventud, de la infancia, la familia, ¿cierto?

El poemario con el que he ganado ["Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel"] era en un principio el diálogo entre el recuerdo de un fracaso amoroso y el recuerdo del inicio del creador frente al arte. Pero luego cambió y se convirtió en un juego con el lenguaje, uno que remite a la infancia. Por eso también abundan los recuerdos. Es como un tránsito de etapas, un cúmulo de ejercicios estilísticos, de uso de registros, un gran proceso.

— ¿Cómo incursionas en la poesía? ¿Crees en eso de que vivimos una época más propicia para los narradores?

Empecé a escribir poesía seriamente a los 17 años, cuando ingresé a San Marcos. Antes había escrito algunos cuentos porque una de mis grandes pasiones aún es la narrativa. Y por eso te podría decir que pienso en mis poemas así, como narraciones, como si siempre contara algo. Pero es cierto que estamos en una especie de 'boom' de narradores. Como dijo Enrique Verástegui, "estos tiempos son malos para la poesía". Y creo que siempre lo han sido [risas].

—También trasluces mucho tus influencias.

Sí, en este libro fue explícito. Por eso incluyo una serie que yo llamo "Antielegías", dedicadas a figuras icónicas que me marcaron, como Bukowski, César Moro, Van Gogh, Frida Kahlo, Dostoievski. Y aunque yo no suelo trabajar con epígrafes, esta vez sí incluí varios como un elemento metaliterario, para crear un diálogo entre los autores, un discurso interno. Y me sirvió. Vi que tomó forma y le daba profundidad.

—Antes habías publicado "Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera" (2014) y "Muestra de arte disecado" (2015). Son libros muy diferentes entre sí...

Sí, en el primero aún estaba muy apegado al surrealismo que leía, sobre todo a Moro y Westphalen. En el segundo libro hay más poemas que vagan entre la palabra exacta y el prosaismo. Y este libro sí es más orgánico. Igual siento que, en conjunto, forman una especie de trilogía de mi propio idioma, porque mi poesía es una búsqueda en sí misma de mi propio lenguaje.

— ¿Te sientes parte de una generación?

Bueno, a veces es difícil saberlo. Eso lo dirá la historia. Pero si te refieres al círculo literario de mis contemporáneos, pues no suelo aparecer mucho, no suelo ir a recitales ni mostrarme demasiado. Creo que soy un poco adusto con eso, aunque sí los leo y hay nombres valiosos como Christian Briceño, July Solís, Mateo Díaz… Todos con muy buenas propuestas y muy diferentes.


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