Revista Pijao
Reseña sobre Verdes sueños por: Diana Dodson Lee
Reseña sobre Verdes sueños por: Diana Dodson Lee

Verdes sueños explora el concepto de los sueños logrados y fracasados de los españoles y sus descendientes en la ciudad nariñense de San Juan de los Pastos, con un enfoque en su trayectoria histórica, la cual culmina con el asalto infame contra aquella villa la noche del 24 de diciembre de 1822. La novela inicia su narración con una historia irónica de la época colonial en que sobresale el afán español por esas costumbres trasladadas del continente añorado, especialmente la producción de la eucaristía. Los inmigrantes al continente americano guardan las hostias (preparadas por manos indígenas) en un baúl; una noche revienta la valija de gusanos. La novela enfatiza el significado simbólico de ese estallido de las lombrices: “salieron larvas, gusanos, blanco albino, blanco sepia, sepia oscuro, verde claro a verde intenso, verdes sueños, sueños verdes.” (18) Los gusanos son los verdes sueños y los sueños verdes son el resultado del pudrimiento. A través de esta metáfora de descomposición la novela presagia el peor desengaño de las ilusiones de los pastenses encabezado por el ejército de Sucre durante la Noche Buena del año 1822.

                La mayor parte de la novela se centra en las vidas de las dos hermanas Mala Hora y Agualongo, su compañero de niñez, y las experiencias de ellos durante la calamidad. Dolores, la hija mayor, padece el asesinato cruel de su esposo a manos del ejército de Sucre y huye al convento de su hermana. Agualongo, que había ascendido al rango de coronel en el ejército del rey de España, a pesar de su descendencia como hijo ilegítimo de un blanco y una mestiza, se encuentra con las dos en el claustro. Intenta reagruparse después del arribo inesperado de las fuerzas republicanas. Hercilia, la hija menor enviada al encierro religioso como joven, demuestra su destreza de liderazgo esa noche al dirigir las estrategias para facilitar el escape de Agualongo de la ciudad.  La narración salta entre el pasado, presente, y futuro con tal de entrecruzar las vidas de los tres como portavoces de los sueños de la ciudad. En ellos se ven tanto la derrota de las ilusiones como la esperanza de fraguar nuevas vidas a pesar de las pérdidas. Aunque sufren las consecuencias de los actos violentos contra San Juan, la narración enfatiza la fuerza que cada uno cobra para superar los desafíos. Al final Dolores encuentra la fortaleza para administrar los asuntos de su casa, ahora como viuda. Hercilia sigue asumiendo el mando de abadesa, brindando su inteligencia y pasión con el resultado de lograr un relajamiento de las restricciones contra los libros y la educación en el convento. Agualongo muere fusilado por los republicanos, siempre fiel a la causa del rey, no tanto por su dedicación al soberano, sino por su amor hacia su propia tierra y gente, violadas en esa noche decembrina.

            Pese a todos los desengaños sufridos, la novela sugiere un optimismo en que estos tres personajes recuperan su dignidad al enfrentarse con los retos, manifestando un vigor interior. La novela se desvía de los discursos que tantas veces promueven una ideología heroica de las intenciones y moralidad de los que luchan por la independencia. Esta novela no toma por dado el heroísmo de los republicanos ni los realistas, sino que subraya el honor y la tenacidad de tres voces poco comunes: dos mujeres y un hombre de raíces indígenas. Así, recuerda el papel de esta índole de personas en la historia, otorgándoles prestigio como agentes de su propia historia en la historia oficial.

 

Diana Dodson Lee

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