Revista Pijao
Muere Mohamed Chakor, el poeta de corazón marroquí e hispano
Muere Mohamed Chakor, el poeta de corazón marroquí e hispano

Por Leonor Merino

El País (ES)

El 4 de agosto cerró sus ojos para siempre Mohamed Chakor: periodista, poeta y escritor en lengua castellana. Junto a su madre reposa en Rabat. Nació en Tetuán, el 27 de diciembre de 1937. Obtuvo las licenciaturas de Periodismo y Relaciones Internacionales en Madrid. Director de Programación y Producción Árabe y francesa y de la Cadena Internacional de la Televisión Pública de Marruecos en Rabat, donde dirigió el semanario Marruecos. Director de la Oficina Internacional de la Agencia Magreb Árabe de Prensa (MAP) en España. Pionero, junto a Sergio Macías, al dirigirse a los lectores españoles con la antología Literatura marroquí en lengua castellana (1996).

Conferencias, obras y poemarios jalonan su rica escritura. Entre sus numerosos galardones, se encuentra el reciente Premio de la Asociación de Periodistas y Escritores Árabes en España, en el marco de los Premios Internacionales de Periodismo que anualmente concede el Club Internacional de Prensa. El último homenaje, a su trayectoria humanística e intelectual, tuvo lugar en Casa Árabe-Madrid (publicado en Mohamed Chakor. Un escritor que vive en Occidente con el alma sumergida en Oriente, 2016).

A horcajadas entre el Norte y el Sur -en búsqueda de hermandad-, la escritura de Chakor se erige como pasarela entre ese Oriente que pierde el Norte y un Occidente desorientado. Siempre invitó a hablar del árabemusulmán como ser humano que tiene un pasado, una Historia y una cultura, en sus excelentes emisiones culturales de encuentro en los medios de comunicación de televisión y radio -Islam, diálogo y convivencia, Tiempo de creer: Islam y Diálogo Cristiano-Musulmán-, abogando por redoblar esfuerzos en el estudio de nuestras respectivas culturas, alejándonos de todo arsenal de prejuicios y recelos mutuos.

Forjado políglota, como senda que contribuye a servir de qantara entre las relaciones humanas y amante de todas las culturas y credos, que nos recuerda el apotegma sufí: “La humanidad es un jardín con todo tipo de flores, de distinto color y perfume”. Sus versos, ráfagas dolientes de cierto tono profético heredado de la tradición árabe. Versos, flujo y reflujo, perpetuo movimiento de interrogantes, perdurable intento de explicarse el mundo, de situarse ante él y de dar respuesta -porque “ando ciego”- ante el enjambre de “dudas”. Y cuando esbozó la grandeza del pasado compartido, lo hizo para liberarse de la angustia del tiempo presente y concebir mejor el porvenir.

Chakor, frente a los belicistas, proclamó la no violencia: “Porque la guerra preventiva es fascismo y terrorismo de estado”. Y nos exhorta a estar siempre en alerta, “porque mientras haya lobos, no hay que bajar la guardia”.

No hay mejor espejo que refleje la imagen del Hombre como sus palabras. Los sentidos en ascuas a la búsqueda de la bondad, como escape a una realidad, a veces, insoportable. Hacer de la poesía -cuya esencia es la generosidad- una forma de vida, en la que nuestra existencia es aventura.

En su honor, mi poema:

Ay, tú, poeta,

pastor de estrellas

de alma árabe-española

en susurros de silencio recogido,

en Amparo –alqazaba–

refugiado.


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