Revista Pijao
Lecciones marfileñas sobre la rebeldía de Galdós
Lecciones marfileñas sobre la rebeldía de Galdós

Por Ángeles Jurado

Especial El País (ES)

Conoció a Benito Pérez Galdós gracias a un comentario de texto propuesto por un profesor. Cree recordar que de los Episodios Nacionales, quizás Zumalacárregui. Sucedió en 1996 y significó el comienzo de una pasión de por vida por el escritor canario. La particularidad: el flechazo se produjo en Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil; su profesor se llama Diaby Ibrahima y él responde al nombre de Djoko Luis Stephane Kouadio. “A partir de este momento, me aficioné a la literatura de Galdós hasta ahora”, precisa él.

Kouadio nació también en Abiyán, en 1976. Allí estudió Filología y Literatura Española, en la Universidad Félix Houphouët Boigny (UFHB). “Mi maestría fue sobre la novela de Benito Pérez Galdós, mi diploma de estudios avanzados fue sobre la obra de Benito Pérez Galdós, la tesis de mi doctorado se centró en la filosofía y la política en la obra de Benito Pérez Galdós”, precisa, sentado en una esquina del galdosiano barrio de Schamann, en la zona alta de la capital grancanaria.

La literatura forma parte de la vida de Kouadio, porque "desde siempre y hasta ahora" no puede aceptar una existencia sin lectura. Devora todo tipo de textos: novela, ensayo, cuento, novela corta, teatro, poesía. Ese enganche a la literatura le llevó a la enseñanza, la universidad y el español. También a Galdós. A través del estudio de la técnica de escritura del autor canario, observó un parentesco entre sus textos y los de autores franceses del realismo y el naturalismo, como Flaubert, Zola o Maupassant. Una afinidad que le enamoró.

Una cosa llevó a la otra y en su caso, le hizo aterrizar en Las Palmas de Gran Canaria en el mes de junio, para presentar una ponencia sobre la contestación en los personajes rebeldes en la obra de Galdós, apoyándose en la influencia de la Ilustración francesa y el Siglo de las Luces. La leyó en el contexto del 11º Congreso Internacional Galdosiano, precisamente en la casa museo del escritor. Es una iniciativa que data de 1973, con carácter internacional, y que en su última edición contó con un comité científico mayoritariamente femenino, a caballo entre España, Holanda y Estados Unidos.

“El Siglo de las Luces puede ser visto como el inicio, más o menos oficial y en el siglo XVIII, de la denuncia de la injusticia, la desigualdad y la esclavitud del ser humano en general y la mujer en concreto”, apunta Kouadio. En su opinión, "Galdós se inspira en este combate para comprometerse en su país frente a la injusticia que sufre la mujer”.

"Benito Pérez Galdós es un escritor atemporal, porque los temas que expone son temas vigentes", continúa el experto. "La cuestión de la mujer, los marginados, la manera de gobernar un país, el poder religioso y político. Son problemas actuales que nos presenta este autor de manera muy interesante", añade.

El académico considera a Galdós un autor muy abierto, que nos dice, básicamente, una cosa: todos somos iguales. "Podemos tener diferencias", admite Kouadio. "De piel, de pensamiento, de sexo, pero somos iguales. A lo largo de su obra es posible destacar esta visión del autor. En Misericordia, con el ejemplo de Almudena, el mendigo judío perseguido como moro, vemos que el racismo es una cosa inaceptable para Galdós. La diferencia de religión o de color no puede ser motivo suficiente para impedir las relaciones entre los seres humanos".

El académico marfileño cuenta que se trata de su primer viaje a Gran Canaria y de su primer congreso galdosiano. "No es mi primer congreso como profesor de literatura, pero sí mi primer congreso aquí como especialista en la literatura de Benito Pérez Galdós", señala. También confiesa que la experiencia ha sido una auténtica sorpresa, porque el viaje le ha descubierto unas islas que, a pesar de su inveterado amor por Galdós, no conocía. Una ciudad donde ha vagado por calles bautizadas con los nombres de sus personajes favoritos y ha vislumbrado trazas de su escritor fetiche en cada esquina. Un barrio concreto que le fascinó, entre placas de cemento, graffitis y estatuas lectoras a mayor gloria de Benito Pérez Galdós.

El hispanismo irredento de Kouadio y otros muchos colegas en su universidad y su país no es una rareza. Según las cifras oficiales de los últimos años, Costa de Marfil es -probablemente- el país donde más se estudia español en el continente africano. O uno de los que cuentan con más estudiantes de español en todos los niveles educativos en el ámbito mundial. "Fue una política del primer presidente de Costa de Marfil, Félix Houphouët Boigny, el favorecer el conocimiento de la cultura y la lengua españolas", explica el galdosiano.

"Creo que por dos razones esenciales: España es un país europeo y está la posibilidad de llegar a los países latinoamericanos. Además, el francés y el español son muy similares, casi primos. A los marfileños les gusta la práctica de la lengua española, sobre todo, con las películas del oeste, donde vemos personajes que se expresan en español. Eso puede explicar esta afición a la lengua y la cultura españolas", dice el estudioso.

Cuenta que se estudian fragmentos de textos desde el colegio hasta el instituto, como fogonazos de una cultura ingente y polifacética, pero que es en la universidad donde se puede estudiar un conjunto variado de textos que van desde los cuentos y la poesía al ensayo. Y de todos los siglos. En Costa de Marfil es posible formarse en la literatura española del Siglo de Oro, del siglo XIX, del siglo XX,... "y hoy, con el contacto establecido con los autores canarios, será posible estudiar la literatura canaria contemporánea, actual, a partir de Las Palmas", concluye un Kouadio ilusionado. "Soy profesor de Literatura Española y espero que mis estudiantes se centren en la literatura canaria".


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