Por Agencia EFE
Londres.- El escritor británico y maestro de la literatura de espionaje John Le Carré ha recuperado, 27 años después, a su héroe gris George Smiley para su nueva novela, "A Legacy of Spies".
La obra aparece este jueves y Le Carré protagonizará una rara aparición pública para la ocasión, "Una velada con Smiley", en Londres, dedicada a su personaje de ficción, un "compañero", casi un amigo y un alter ego.
Efectivamente, tienen mucho en común, empezando por el espionaje. Le Carré, cuyo verdadero nombre es David Cornwell, trabajó para los servicios de inteligencia británicos entre 1950 y 1964, y se dedicó a la literatura por entero tras el éxito de "El espía que surgió del frío", el primer gran papel de Smiley, en 1963.
También la edad: John cumplirá 86 años en octubre, y su personaje de ficción ronda esa edad. Ambos estuvieron activos en la Guerra Fría que opuso al bloque comunista y a los países occidentales, una mina para las novelas de espionaje.
La inspiración de Le Carré no se resintió del hundimiento del muro de Berlín. Su siguiente novela sobre el tráfico de armas, "The Night Manager" ("El infiltrado"), en 1993, se convirtió en una serie televisiva de éxito.
John y George comparten ciertos rasgos de carácter. "A los dos nos cuesta recordar los momentos felices. No es algo que me ocurra con naturalidad, tengo que esforzarme", explicaba el escritor este fin de semana al diario The Times.
Comparten discreción, y es inútil buscar a Le Carré en las páginas de sociedad. Tampoco hay nada llamativo en Smiley, un anti-James Bond, cada vez más taciturno con la edad, y seguramente un mejor reflejo de lo que es un espía que el 007 de los Dry Martini, las mujeres y los artilugios sorprendentes. El contraste entre el sex-symbol y el maestro de espías orondo y con gafas es manifiesto, por mucho que sean ambos británicos.
Una grisura plasmada en las diversas adaptaciones al cine de este antihéroe, la última en 2010, en "Tinker Tailor Soldier Spy" ("El topo", 1974), en la que Gary Oldman encarnaba a un Smiley a la caza de un infiltrado.
Las ideas políticas de ambos también son cercanas. "La he escrito en una especie de frenesí durante [Donald] Trump y el Brexit. Odio toda esta operación del Brexit, como Smiley", explicó Le Carré al Times, refiriéndose a la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea.
"Todos los gobiernos culparon a Europa de sus propios fracasos porque nunca se implicaron en la idea de una Europa unida".
Si bien las farragosas negociaciones para la salida de la UE difícilmente darán para una novela de espías, el Smiley de "A Legacy of Spies" se muestra profundamente europeo. Cuando su antiguo ayudante Peter Guillam le pregunta si toda su vida trabajó por el Reino Unido, responde "no, por Europa".
Le Carré ahondó en ello al explicar que la Guerra Fría consistió, para Smiley, en la lucha por "el alma de Europa".
"Esa era para él el frente de la batalla de la Guerra Fría, era donde se combatía por el alma de Europa. Así que, cuando echa un vistazo atrás -o lo hago yo, para el caso- ve la futilidad de todo ello", narró el creador de Smiley.