Por Ezequiel Viéitez Foto Cortesía FIL Guadalajara Paula Islas
Clarín (Ar)
Guadalajara. Enviado especial.
Tres títulos aparecen bien visibles al caminar por los pasillos de la 31a. Feria del Libro de Guadalajara (FIL), que se inauguró ayer. Contra Trump, panfleto urgente (Debate), del escritor mexicano Jorge Volpi. Donald Trump, once razones para despedir a un presidente (Planeta), un libro de ensayos firmado por intelectuales aztecas y Contra el separatismo (Ariel), del filósofo español Fernando Savater, texto que define al nacionalismo como "un sueño narcisista" y condena las acciones independentistas en Cataluña.
Si en toda feria del libro los autores discuten problemas contemporáneos, ayer, los rumbos políticos que asoman no estuvieron ausentes. Se habló de literatura, claro, pero también dijo presente -y con fuerza- el temor a los discursos que fomentan el odio.
Temprano, en la apertura de la feria -y minutos antes de que se le entregara al francés Emmanuel Carrère el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances- el presidente de la FIL, Raúl Padilla López, señaló que al "silencio violento de un muro hay que responder con el entendimiento de la poesía y la cultura". La alusión a la tensión en la frontera norte, clarísima. En la misma ceremonia y tras enfatizar las virtudes del multiculturalismo, la alcadesa de Madrid -la ciudad invitada-, Manuela Carmena, defendió el valor de los libros porque, tomando palabras de la historiadora norteamericana Lynn Hundt, "no hubiese habido derechos humanos si no hubiesen existido los libros; la literatura de correspondencia (epistolar) fue la que permitió conocer la sensibilidad del otro y saber que todos somos iguales". Apenas pronunció la última palabra estalló un aplauso cerrado.
México, que a lo largo de su historia construyó una cultura nacional potente, está inquieto. Hasta tal punto, que una conferencia de prensa que ofreció Paul Auster derivó también en preguntas sobre el tema. El premiado autor, que llegó a Guadalajara a presentar su última novela, 4 3 2 1, dijo que en una época de transformaciones, "uno de los problemas es el surgimiento del populismo en todo el mundo. Está pasando en Estados Unidos y en Europa" y recalcó la importancia del buen periodismo para los temas más urgentes, porque hoy "sin periodistas estaríamos expuestos a todo tipo de manipulaciones y mentiras". ¿Qué dijo de Trump? "Prefiero no nombrarlo, cuando hablo de él, lo llamo el presidente número 45 de los Estados Unidos."
Con la caída del sol, el debate siguió, en otra charla. Fue en el ciclo Los acosos a la civilización, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Guadalajara (UDG). El espacio, que tendrá más presentaciones en los próximos días, se propone analizar el crecimiento de las "narrativas de la segregación". En ese marco, el escritor holandés Rob Riemen disparó: "Vivimos una crisis de individualización". Y, encendido, opinó que los ciudadanos de hoy han perdido responsabilidad moral hacia sus semejantes, enceguecidos por estructuras económicas y sociales que alientan el interés propio. Para él, la solidaridad "ya no es un práctica común" y eso está en el nacimiento de liderazgos peligrosos.
Allí mismo, el filósofo francés Gilles Lipovetsky salió al cruce. Dijo que si bien existe un "neoindividualismo" dominante, jamás "hubo tantos benévolos" y puso como ejemplo el trabajo asociativo, al punto de que en Francia 12 millones de personas estén registradas en actividades comunitarias no rentadas a las que donan parte de su tiempo. En esa línea, habló de una "solidaridad a la carta", más personal que en otros tiempos, pero que de ninguna manera "es sinónimo de egoísmo".
En la misma mesa, Eufrosina Cruz, política indígena mexicana, introdujo otro matiz: los muros que no son nuevos ni de cemento, pero que han segregado a los pueblos originarios. Los muros internos.
El debate continuó sin que surgiera una conclusión definitiva y promete más capítulos. Tal vez, porque la función de los intelectuales es, simplemente, poner en foco. Formular preguntas. Las miles de personas que llenaron la FIL en su primera jornada extendieron la discusión en los pasillos.