Por Natalia Kidd (EFE)
María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, fue una gran mujer silenciada por la historia, según relató a Efe Ana María Cabrera, autora de una novela histórica que tiene como protagonista a quien podría convertirse en la primera argentina canonizada por la Iglesia católica. "Es una mujer callada por la historia, que fue muy rica espiritualmente", destacó en una entrevista con Efe Cabrera, autora de "Mama Antula", editada recientemente por Sudamericana.
Cabrera es profesora en Letras y desde hace casi dos décadas publica novelas cuyas protagonistas son mujeres aguerridas de la historia argentina. Mama Antula -nacida en 1730 en la norteña provincia de Santiago del Estero, cuando aquel territorio dependía del Virreinato del Perú, y beatificada el 27 de agosto de 2016 por decisión del Papa Francisco- llegó a Cabrera casi de un modo casual, aunque, intuye, los personajes de sus libros son los que la eligen.
En su séptima novela, Cabrera teje la vida de María Antonia entrelazando los hilos de la cotidianeidad del personaje con las hebras de los acontecimientos históricos y pespuntes de la labor presente de la propia escritora. "Creo que una novela se va construyendo de esa manera y el lector quiere saber de la cocina de la escritura. Como me van pasando cosas tan mágicas mientras escribo, me dije por qué no contarlas", explica. Con pie en una sólida investigación documental, el libro desgrana deliciosos diálogos y anécdotas imaginarios porque, como señala Cabrera, "en los silencios de la historia es donde se introduce la ficción literaria, lo que pudo haber pasado"
Conmueve la pequeña María Antonia escapándose de su casa para ir a pasar sus horas con los indígenas, con los esclavos, con los trabajadores del campo... A los 15 años deja su acomodada familia, hace votos de pobreza y castidad, toma el nombre de María Antonia de San José y, junto a otras compañeras, se dedica a asistir a los jesuitas en su labor pastoral y social, en particular en los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. María Antonia no fue monja, sino que formaba parte de lo que se conocía como "beaterio", una forma de vida consagrada laical.
La decisión en 1767 del rey español Carlos III de expulsar a los jesuitas de sus territorios detonó como una bomba en la vida de María Antonia, quien, lejos de replegarse, se lanzó a organizar los ejercicios espirituales en varias provincias del norte argentino. "En una época en que todavía estaba la Inquisición activa, se animó a caminar descalza casi toda la Argentina derramando la misericordia, contra todo prejuicio", destacó Cabrera.
En 1779 llega caminando a Buenos Aires, donde en un primer momento no es bienvenida ni por las autoridades religiosas ni las políticas. "Le tiraban piedras, la llamaban bruja y hasta pensaban que era un cura disfrazado", cuenta la escritora.
Pero persevera y sus ejercicios son un éxito, primero en sitios alquilados y luego en la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, que fundó en 1795 y hoy es monumento histórico de Argentina. Cabrera subraya que miles pasaron por las manos "maternales" de Mama Antula -nombre quechua que le dieron los indígenas-, quien promovía la integración social y hasta impartió los ejercicios a muchos de los que serían protagonistas de la revolución de 1810 que desembocaría en la declaración de la independencia en 1816.
"Muchas de esas ideas de libertad se conversaban -porque ella tenía muy lindo carácter- entre Mama Antula y toda esta gente que después fueron nuestros prohombres. Por lo tanto, me parece justo nominarla madre de la Patria", afirma Cabrera. Toda su labor quedó registraba en decenas de cartas que enviaba a los jesuitas exiliados, muchos de los cuales quedaron bajo la protección de Catalina, la Grande, de Rusia.
Cabrera destaca que, en una época en que había muchas mujeres analfabetas, María Antonia "era muy culta" y hasta "escribía en un francés perfecto" y bien merece ser considerada "la primera mujer escritora del Virreinato del Río de la Plata". Gracias a su investigación, la autora descubrió, entre otras cosas, que Mama Antula "se carteaba con Catalina de Rusia".
"En Europa, de autor anónimo, apareció publicado 'El estandarte de la mujer fuerte', libro (sobre María Antonia) que fue 'best seller' mientras ella vivía. Que después su figura se haya silenciado solo puedo atribuirlo a una sociedad machista", sostuvo Cabrera.