Por Agencia EFE
"La casa verde" representaba para el autor peruano (Arequipa, 1936) "la búsqueda de la novela total", algo que el nobel de Literatura consiguió "con creces", según el director de la Cátedra Vargas Llosa, el escritor y periodista Juan José Armas Marcelo, que moderó una mesa redonda celebrada hoy en Casa de América.
Durante el encuentro, al que asistió como oyente el escritor peruano, diferentes expertos analizaron la vigencia, la trascendencia y el contexto de una obra que coinciden en calificar como una de las más importantes dentro de la obra de Vargas Llosa.
"'La casa verde' es un clásico muy vivo, como son los grandes clásicos. No es un monumento que haya que arrinconar en la historia de la literatura porque, dentro de la complejidad de sus técnicas de escritura, se lee fácilmente", subrayó Eduardo Becerra, profesor titular de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de Madrid.
Con él coincidieron el crítico literario Fernando Rodríguez Lafuente y Carmen Ruiz Barrionuevo, catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca, quien describió la novela -la segunda del peruano- como "un hito" y como "una de las más grandes" de la literatura universal.
"Dentro de la obra de Vargas Llosa, creo que "La casa verde" es el corazón de sus tinieblas", añadió Armas Marcelo, que también alabó ese trabajo que resulta "clave" para conocer la narrativa del autor de "La ciudad y los perros".
Ruiz Barrionuevo, que duda de que hoy la obra se pueda leer "con la misma efervescencia" de lectura que en el año de su publicación (1966) destacó el hecho de que sí pueda "leerse y disfrutarse como una historia", a pesar de que, como apuntó Rodríguez Lafuente, es un texto de carácter experimental "de tremenda complejidad".
En la trama de "La casa verde" confluyen, además, diversas historias entrelazadas que transcurren en Perú, entre la ciudad de Piura -en el desierto de la costa norte- y la selva amazónica.
Después de que el libro se alzara con el Premio Rómulo Gallegos en 1967, el galardón recayó en los dos años posteriores en "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez, y en "Terra nostra", de Carlos Fuentes.