Por Verónica Chiaravalli
La Nación (Ar)
La obra que causó conmoción devuelve a un primer plano la guerra de Vietnam pero desde un punto de vista diferente. El simpatizante es una ficción narrada en primera persona por su protagonista, un joven que, en una Saigón a punto de caer, trabaja como doble agente: a la luz del día sirve al régimen que pronto será abatido; en la sombra, sus lealtades más íntimas -nacidas en la infancia al calor de una amistad convertida en hermandad de sangre- obedecen de manera clandestina a los inminentes triunfadores. Esa cualidad anfibia -el narrador dice de sí que no sólo tiene dos caras sino también "dos mentes" y no puede evitar "ver cualquier cuestión desde ambos lados"- la criatura de Nguyen la comparte con su creador: el escritor nació en una aldea vietnamita en 1971 y a los cuatro años, poco antes de que el Sur se rindiera ante el Norte, fue evacuado a los Estados Unidos junto con su familia.
La pertenencia a dos culturas se refleja en su novela de modo conmovedor. El "topo" guarda afecto por el mundo en el que despliega su identidad simulada. Y puede celebrar -calladamente, claro- la victoria del aparente enemigo sin dejarse llevar por la pasión porque comprende -y comparte- el dolor de la derrota infligida a aquellos entre quienes se ha infiltrado: "Confieso que les tenía lástima a todos, perdidos como estaban sabiendo que en cuestión de días estarían muertos o heridos, o en la cárcel o humillados o abandonados u olvidados. Eran mis enemigos y sin embargo eran también compañeros de armas. Su querida ciudad estaba a punto de caer, pero la mía estaba a punto de ser liberada. Para ellos era el fin del mundo, pero para mí era un simple cambio."
También es narrativa basada en hechos históricos el género que aborda Lorenzo Silva en Recordarán tu nombre (Destino), con la diferencia de que aquí la ficción participa en grado mínimo; apenas lo indispensable para llenar, bajo el ropaje de la especulación, los baches con que el paso del tiempo ha minado los archivos y el recuerdo, o iluminar escenas cruciales para la comprensión cabal del carácter de su héroe.
En la primera persona de un narrador con el que se identifica, Silva ha ido al rescate de la figura de José Aranguren Roldán, general de brigada de la Guardia Civil que, en Barcelona, en 1936, al mando de sus hombres y pagando el precio de su decisión con su propia vida, defendió la República contra la sublevación franquista.
Hay una fuerte carga emotiva en el impulso que embarcó a Silva en esta aventura literaria: la tragedia de Aranguren roza las vidas de los abuelos del autor, ambos militares. Sin embargo, Silva sale en busca de la verdad, del modo más honesto que puede y evitando el atajo de los maniqueísmos. Eso sí, guiado por una premisa: "Lo que la Historia nos hurta y deniega, lo conquista y nos lo otorga la literatura. Es hora de emprender la reivindicación: el desquite del arte sobre la vida".
El simpatizante
Viet Thanh Nguyen
Seix Barral
Recordarán tu nombre
Lorenzo Silva
Destino