Revista Pijao
Gabo: el salvavidas de Tusquets hace medio siglo
Gabo: el salvavidas de Tusquets hace medio siglo

Cuando la editorial catalana Salamandra ya llevaba diez años de creada, el haber fichado a J. K. Rowling con las aventuras de su famoso niño mago, a principios de este siglo, le llegó como un “regalo del cielo”, que consolidó su catálogo literario.

Con este colchón financiero, la editorial comenzó a revelarle al mundo de habla hispana plumas maravillosas, poco conocidas hasta entonces, de la desaparecida Cortina de Hierro, como el húngaro Sándor Márai. Y con él autores aplaudidos y seguidos hoy por miles de lectores como Irène Némirovsky, Nicole Krauss, Philippe Claudel y Paolo Giordano.

Algo parecido le ocurrió a la reconocida editora española Beatriz de Moura, creadora con su esposo, Óscar Tusquets, de la editorial que lleva el apellido de este último, que el próximo año cumple medio siglo, con un respetado catálogo literario.

Cuenta el periodista y escritor español Juan Cruz que cuando Tusquets tan solo llevaba un año de creada, y se encontraba al borde de la quiebra, De Moura se le acercó a su joven amigo García Marquez y le dijo: “Gabo, tú eres muy rico y Tusquets necesita dinero”.

Para entonces, el nobel cataquero ya saboreaba las mieles del éxito mundial de Cien años de soldad, con el que el mundo se había sorprendido y encantado dos años antes.

Entonces, dice Cruz, con esa pluma inconfundible, en una crónica de la reciente edición de Babelia, el suplemento literario del diario español El País, que Gabo le respondió a su querida amiga Beatriz: “Te voy a hacer un regalo que te hará rica”.

Ese regalo fue nada menos que la estremecedora hazaña de Luis Alejandro Velasco S., el navegante que logró sobrevivir varios días a la deriva en el mar, que el nobel de literatura congeló en su libro Relato de un náufrago.

El libro fue publicado por Beatriz y Óscar en 1970 y como a Velasco, “rescató del naufragio” al naciente sello literario con millones de libros que se vendieron, superando el centenar de ediciones, como lo anota Juan Cruz.

Medio siglo después, Tusquets se da el lujo de contar con un listado de escritores de primera línea. En conversación con EL TIEMPO, cuando su editorial celebró los 45 años, Beatriz de Moura se quedó, literalmente, sin palabras, cuando este diario le preguntó sobre la esencia de ese catálogo que ella había creado. Ella solo atinó a decir: “Me veo absolutamente abrumada por su pregunta. No sé qué contestar”.

Y no es para menos, cuando al mirar en retrospectiva, se repasa ese listado de plumas gigantes: Henning Mankell, Haruki Murakami, Milan Kundera, Arthur Miller, Leonardo Padura, John Irving, Petros Márkaris o John Connolly, entre muchos.

Al hablar de autores colombianos, De Moura le contó en esa oportunidad a este diario que había “sido durante mucho tiempo ignorante de la literatura colombiana. Álvaro Mutis y García Márquez fueron los primeros en iluminarme. Del primero no he podido nunca publicar nada y del segundo aún está en el catálogo de Tusquets el único que me fue posible publicar: Relato de un náufrago. Hace unos pocos años descubrí deslumbrada a Evelio Rosero”.

Precisamente, de este autor bogotano la editorial catalana publicó su novela 'La carroza de Bolívar', reconocida con el Premio Nacional de Novela en 2014, por el Ministerio de Cultura.

Al contar más de 500 libros publicados por Tusquets, que nutren las estanterías de su biblioteca personal, el crítico y profesor de literatura Jorge Iván Parra resalta también el cuidado de las publicaciones (el papel, el color, el tamaño de la letra) que “favorecen la lectura”.

“Tusquets es una editorial que ha dignificado mucho la literatura. Ofrece un catálogo muy exclusivo, para lectores exigentes y que disfrutan, no solo de obras contemporáneas de talante universal, sino de libros muy bien presentados. Me parece que su especialidad son los norteamericanos y, algo menos, los españoles y orientales”, dice Parra.

Para Juan Cruz, De Moura encarna en su oficio a tantos otros editores apasionados, cuyo único interés radica en descubrirles a millones de ávidos lectores, como un arqueólogo en Egipto, joyas literarias, más allá de cualquier pretensión económica. Como lo han hecho también colegas suyos como Jorge Herralde, Pere Sureda, Antonio López Lamadrid o Jaume Vallcorba, por mencionar algunos.

“Ella no ha sido rica, ni falta que le hizo, pero su experiencia es el tesoro de una de las más audaces editoras de la historia contemporánea española. En el despacho de su oficina, a la que ella llama El Palomar, recuerda ese suceso mayor con Gabo”, cuenta Cruz, en su crónica de Babelia.

Cosa distinta significa que el talento y el atinado ojo de estos editores, como el de la creadora de Tusquets, convirtió sus catálogos en valiosos activos, que luego fueron deseados por los gigantes grupos editoriales, que los adquirieron por jugosas sumas de dinero.
 

Tomado de El Tiempo


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