Revista Pijao
Falleció el maestro Ancizar Guzmán, pintor tolimense
Falleció el maestro Ancizar Guzmán, pintor tolimense

Falleció el maestro Ancizar Guzman Arce, reconocido pintor tolimense, que durante años hizo parte de nuestra casa editorial Pijao Editores, en la que tuvimos la fortuna de disfrutar con sus obras en nuestras carátulas.

Guzmán, fue reconocido por su trabajo en diferentes partes del mundo, y con más de 50 años de artística, era uno de los pintores referentes en el Tolima. Compartimos con ustedes este perfil realizado en el libro 'Pintores del Tolima Siglo XX'.

Ancízar Guzmán Arce

Al cabo de más de treinta años de trabajo solitario, enfrentado con tosudez y pasión, por fin la obra del pintor tolimense Ancízar Guzmán encuentra el reconocimiento internacional. Primero fue en Francia y Suiza y recientemente en la gran feria de Florencia (Italia). Llegar hasta allí no fue sencillo, sobre todo cuando se camina derecho con una hombría sin dobleces, sin mimos cortesanos y aún en contra de todo lo fácil y frugal. Nacido en Ibagué, domado en los vastos llanos y las altas noches del Tolima, sumido en una vieja bohemia intelectual de ya desaparecidos cafés y bares bogotanos, Ancízar ha forjado una obra sin tampoco ninguna concesión a lo exitoso o palaciego. Es un artista duro, de pertinaz catadura y así es su obra. Tiene la meticulosidad de un artesano pero también la poética de un creador".

Con estas palabras y bajo el título Zoología fantástica de Ancízar, el conocido periodista y escritor Germán Santamaría inició una nota en el diario El Tiempo en la cual da cuenta del recorrido vital y pictórico de Guzmán.

Nacido el l6 de septiembre de 1948 en Ibagué, estudió la primaria en el colegio Cisneros y el bachillerato en el Jorge Isaacs y San Simón. Cursó sus estudios de pintura en la Universidad del Tolima y en la Nacional. Cuando llevaba tres años estudiando Bellas Artes realizó, en 1966, su primera exposición individual en el Círculo social de Ibagué. Su padre, Carlos Julio Guzmán, estudió también pintura, con una beca otorgada por el maestro Alberto Castilla, pero nunca la practicó en un sentido profesional. Ancízar es el segundo de cinco hermanos y sus estudios en la capital del Tolima los realizó bajo la orientación de los profesores Jesús Niño Botía, Edilberto Calderón, Michel Lenz y Ricardo Angulo.

Ya en Bogotá recibió igualmente clases del maestro Jorge Elías Triana. En 1969 recibió en la Universidad Nacional su título de maestro en pintura y escultura. "Me inicié, dice Ancízar, en el neocreativismo, o sea lo que se llamó la escuela de Marta Traba. Éramos siete dentro de esta tendencia, Pedro Alcántara, Norman Mejía, Mario Lafont, Álvaro Barrios, Alberto Betancourt y Augusto Rendón. Esa fue la época de mis monstruos. Después fui evolucionando hacia otros campos tales como el surrealismo hasta llegar a lo que estoy haciendo actualmente. Trabajé muchos años en el suplemento literario del diario La República haciendo ilustraciones para libros de escritores. En realidad, yo dibujaba desde niño, desde la primaria".

Pintor, grabador, escultor, ha trabajado mucho el bronce en escultura y por largo tiempo estudió intensamente la escultura precolombina. Ha realizado exposiciones en la galería Belarca en 1972, en la Manzarda en 1979, en la galería El Carmel Club en 1986 y ese mismo año en la galería Pirámide y en la Carrión Vivar en 1994, todas en Bogotá, así como en la galería Picasso de Palma de Mallorca, España, en 1990 y en la Wrede, de Berlín en 1992.

Portada 'Los días del calor', de Germán Santamaría

En la nota citada al principio, Germán Santamaría agrega: "Joven viajero en las décadas de los 60 y 70, sus primeros trabajos fueron de un mensaje político, de monstruos y gritos que buscaban las entrañas de una América Latina que por entonces vivía también otros sueños libertarios. Pero desde un principio, Ancízar Guzmán escogió una sola e inequívoca técnica: la plumilla. No es el puntillismo fácil, sino el detalle de la tinta profunda, de cada punto millones de veces repetido que va urdiendo un universo que se prolonga más allá de lo figurativo, para auscultar en el otro espacio de la realidad.

Pasaron los años, y allí solitario, rebelde inveterado, recabó en su técnica y la tinta se hizo color y la luz iluminó un mundo que ya demudó del dolor a lo fantástico. Los caballos de fuego, los gráciles ángeles, los guerreros pensativos, los rostros de incienso, todo un mundo, en alargadas y espigadas siluetas, fueron forjando un universo propio, absolutamente poético y donde confluyen las obsesiones telúricas y oníricas del hombre universal. Sobre todo los coleccionistas enterados especialmente los judíos que siempre saben lo que tendrá valor e importancia en el mundo mañana - y una privilegiada minoría admiradora de su obra, han reconocido a cabalidad el trabajo creador de Ancízar Guzmán. Unos y otros expresaron su asombro ante un mural suyo, construido punto tras punto, tan grande como un telón de fondo y de una belleza imprevisible y perturbadora. O ante la mirada triste y nostálgica de la zoología fantástica que habita sus cuadros".

Obras suya se encuentran en colecciones particulares de Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Venezuela, Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Alemania y Japón, entre otros países.

 

Redacción Pijao Editores


Más notas de Actualidad