En mi reciente viaje a España, pleno de gratas emociones, conté con una fortuna más: Cumplí sagradamente la invitación, que en forma tan especial y amable nos había extendido Mapy Gutiérrez Clopatofsky, a pasar unos días en su casa, con mi hija y yerno, en Alcanar-Tarragona, donde ella reside, desde hace 28 años. El recorrido, de más de 500 kilómetros, desde los Pirineos Navarros, hasta Cataluña, lo planeamos minuciosamente, para lograr este encuentro, que reviste condiciones sui géneris.
Mapy, es persona envuelta en magia amorosa. No nos veíamos desde hacía más de 30 años, cuando en aquel entonces, ella era la Directora del Instituto Tolimense de Cultura. Aunque reanudamos constante comunicación virtual, de algunos años para acá, alimentando sutilmente recuerdos y enlaces, ya que mi esposo, el Maestro Eduardo Santa, fue objeto de múltiples homenajes en la ciudad de Ibagué (Tolima), bajo diversas Administraciones Gubernamentales.
Llegar al hábitat donde Mapy despliega su existir, conlleva el ingreso al mundo del ARTE y la originalidad. La abigarrada exornación, que por años ha venido distribuyendo, por todos los rincones de su casa, es fantástica. Se convive allí con bellos objetos, en singular deleite. Pinturas. Esculturas. Bronces. Mármoles. Jarrones y jofainas antiguas. Muebles de estilo. Lámparas exóticas. Todo ello en disposición agradable. En juego armonioso. En animosa recreación y bienestar.
Llegamos a ALCANAR, luego de transitar por tierra, muchos kilómetros de la topografía de España, tan diferente a la nuestra, enclavada en la Cordillera Andina. Nuestro recorrido fue por territorios absolutamente planos, de un amarillo que se torna en gamas, desde el tono hueso, hasta el gualda quemado. Era invierno. Para asombro mío, acostumbrada a manejar pequeños cultivos de plantas; allí el negro fértil de la tierra que emerge de nuestros surcos campesinos, no se vislumbra por ninguna parte. La capa vegetal, que minuciosamente fui escudriñando en el largo recorrido, por ser amante y militante jardinera, es muy delgada; rocosa, muy arenosa. Los olivos, en alineación simétrica, tiñen tenuemente el horizonte, con su verde plata. Llegando a Valencia y Tarragona, otro tono cromático del amarillo, alegra la vista. Profusas plantaciones de naranjos y mandarinos, tupidos de frutos al alcance de las manos. Chaparritos, siempre dominados por la mano del hombre. Todas las plantaciones, a lo largo del extenso terreno recorrido, las noté subordinadas, ordenadas, homogéneas. Limpiecitas. Casi que salidas de cuadros medievales, plasmadas en lienzos carentes de perspectivas, por pulquérrimos artistas de taller uniformado con severidad. Igual observación guardaba en mi memoria, desde mi lejana juventud, recorriendo pueblos y más pueblos de La Mancha, en un caluroso verano de verbenas y de honores al Caballero Inmortal.
Paisajes asombrosos para nosotros, colombianos hechos de trópico, habitantes de diversas altitudes, cada uno con sus diferentes climas. Con feraces tierras de exuberante vegetación silvestre, siempre regadas por numerosos ríos, quebradas y cascadas, en indómita profusión. Nuestros paisajes, siempre son policromos. Innúmeras florecillas silvestres emergen con su permanencia todo el año. Los verdes son de toda gama, en alocada distribución, puesto todo ello casi que exclusivamente por la naturaleza en eclosión fantástica. De tal suerte que, hasta los cultivos, dirigidos por la mano del hombre, bullen, sin demasiada alineación, como el carácter mismo de nuestra raza, mestiza, rebelde, diversa y bullanguera.
Al llegar a la estación, en Alcanar, allí estaba un fino caballero esperándonos. El hijo de Mapy, Ricardo, a quien sin conocerlo, desde que lo vi, supe que era un descendiente de la tolimense estirpe Rocha, de hombres prominentes. Siempre, mi esposo, el gran Escritor y Humanista, Eduardo Santa, recordó y citó a su maestro Antonio Rocha; y, nombraba a otros muchos Rocha, compositores y juristas.
Pues bien, RICARDO ROCHA, amablemente nos condujo a los especiales territorios en donde, NARCIS GALÎA, pintor catalán de gran renombre y de espectro tal, que se le rinde devoción por aquellas y otras tierras; esposo de Mapy, había construido con Arte, diferentes estancias. Doce casas, alrededor del HOGAR de ellos. En arquitectura completamente diferente a la que usualmente manejamos. Todo con el signo de la mente creadora. De originalidad sorpresiva. Y adecuada al terreno semi- montañoso del lugar. Respetando y exaltando la espléndida vista al mar. Panorama deleitoso.
Mapy, escritora amena y de sutil sensibilidad, quien ha salvaguardado en sus libros tradiciones del Tolima, de leyendas y costumbres; pintora también, e hija del eminente Penalista y Magistrado, Servando Gutiérrez Aragón, nos esperaba vestida toda de negro, color que resaltaba su bellísima piel muy blanca y sus enormes y expresivos ojos azul- verde. Exhalando señorío, cariño inmenso, afabilidad de fresco bienestar. Celebramos el encuentro en sincera y plácida unión. También Sarita mi hija y Alejandro su esposo, inmediatamente empatizaron. Se operó una espontánea comunión de alegría y afecto.
MAPY GUTIÉRREZ, logra crear ambientes de luz y color, como los extraordinarios y numerosísimos óleos de Narcis Galiâ, su recientemente fallecido esposo, a la edad de 96 años y con quien compartió los 28 años finales. Pasamos días encantadores a su lado, animados por la chispa mental de Ricardo, su hijo, de conversación fluida. Posee RICARDO ROCHA, amplios conocimientos, en música y poesía; además de una muy rica información y experiencia, en temas políticos, económicos y de interés general. De tal suerte que, las veladas nocturnas, al calor humano y de los leños ardiendo en la chimenea, fueron de gran beneplácito, dadas las condiciones académicas de los jóvenes contertulios: SARA SANTA AGUILAR, Filóloga de amplia cultura y ALEJANDRO GONZÁLEZ Ingeniero, con un espectro de conocimientos sociales del todo actualizados.
Celebramos lo cinco, la llegada del año 2022. Nos reímos mucho, hablamos más, cenamos delicioso; y, brindamos con buen champan y vinos añejos, para celebrar la vida que fluye, trayéndonos siempre bellos encuentros, agradables sorpresas y un cambiante y sano devenir en torbellino tan impredecible y atrayente, que nos hace vibrar al unísono con el universo entero, siempre diverso; y, por tanto, inmensamente aleccionador.
Cerramos el año, disfrutando de la AMISTAD.
MAPY AMIGA DE CORAZÓN GENEROSO. ¡¡LUMINOSA Y BELLA!!
RUTH AGUILAR QUIJANO
ENERO 2022