Que un grupo de profesores de postgrado de 12 universidades norteamericanas, se haya desplazado a Ibagué para participar con ponencias sobre la novelística que se produce en Colombia, pero particularmente la del Tolima, es un acontecimiento que merece ser destacado. Durante tres días, se realizó una real maratón de presentación de textos críticos, leídos y ex- puestos por 25 de ellos, a los cuales se sumaron otros importantes escritores colombianos.
Este hecho lo hizo posible nuestro escritor, Carlos Orlando Pardo, de Pijao Editores en Ibagué, quien logró la financiación del “Encuentro Internacional de Colombianistas, Siglo XXI” al que hacemos referencia; y del estadounidense Raymond Lieslie Williams, quien organizó desde la Universidad Hispanoamericana de la Universidad de Kansas, el desplazamiento de los críticos y autores que estuvieron en la capital tolimense durante la semana que acaba de pasar.
El idioma no fue obstáculo porque la mayoría de los estudiosos visitantes, hablan el castellano ya que, en gran parte, son de origen hispano o se han dado a la tarea de aprender nuestro idioma. Es que, en torno a la Universidad Hispanoamericana de Kansas, donde Williams es profesor, se ha construido una comunidad científica de estudiosos de la Literatura Latinoamericana, colombiana y del Tolima que sirve de ejemplo.
Es evidente que la producción literaria de los escritores tolimenses se está haciendo más visible e importante ante los ojos de críticos de todos los géneros literarios.
Están en la avanzada William Ospina, quien presentó en el Encuentro de Colombianistas, su última novela Guayacanal con temas sobre su vida y la de su familia; Jorge Eliécer Pardo y Carlos Orlando Pardo, los dos herma- nos novelistas que ya tienen construido un espacio amplio, en el mundo de las letras; el inolvidable Héctor Sánchez, en cuyo honor se realizó el evento y entre ellos por lo menos otras dos decenas de escritores de varias edades que, gracias a su producción literaria, se han convertido en sujetos de estudio del grupo de investigación y asociación de norteamericanos colombianistas, en los Estados Unidos.
Los estudiosos norteamericanos dan un ejemplo de lo que puede ser el trabajo literario en equipo, para que se crezca en su producción novelística. Jorge Eliécer Pardo hace notar que resulta paradójico que sean unos escritores “gringos” los que exalten y valoren la producción literaria de los colombianos y tolimenses en particular. ¿Por qué en Colombia no se integra un equipo similar?
Es lamentable que muchas veces en nuestro país, la crítica despiadada aún sobre productos literarios que merecen su exaltación, sea la constante.
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS
Tomado de El Nuevo Dïa