Por Carlos Restrepo Foto César Melgarejo
El Tiempo
Desde niño, el chino Song Xinru tuvo claro que su sueño de vida era el arte, sin importar los obstáculos que tuviera que superar para dedicarse algún día a la pintura en acuarela, técnica artística que le apasiona.
Así queda claro en el libro de gran formato ‘Colombia en acuarelas’, en el que Xinru reúne su mirada del país, desde una paleta colorida. Un proyecto que contó con el apoyo del editor bogotano Benjamín Villegas, quien al maravillarse con la obra del artista plástico chino, no dudó en convertirla en uno de sus libros.
Pero los inicios de Xinru en el arte no fueron tan fáciles. “Antes de viajar a Colombia vivía del trabajo en diseño industrial, pero desde mi infancia me gustaba pintar en acuarela. Soy muy feliz haciéndolo”, dice.
Llegó a Colombia en 1984, atraído por lo que le decían de América Latina los familiares de su esposa, que vivían en Venezuela. Y cuando estuvo en el país Xinru ratificó que lo suyo era la pintura, al quedar sorprendido con el clima, los paisajes y la fauna.
“En esa época había obtenido su libertad después de un largo periodo de prisión durante la Revolución cultural de su país. El valor para soportar esos difíciles años se lo dieron su visión optimista de la vida y su tenacidad para seguir con lo que constituye su pasión”, anota en el prefacio del libro Sun Xinzhou, profesor de la Universidad de Minzu (China).
“Suramérica ofrecía perspectivas económicas mucho mejores a las que tenía en ese entonces en China para mi condición de artista. Quería una nueva vida. Inicialmente abrí un restaurante chino hasta que tuve oportunidad de mostrar mis pinturas en una exposición patrocinada por el Centro Cultural Colombo Chino”, recuerda el artista.
De inmediato, su dominio de la técnica de acuarela despertó el interés de muchos. “Desde entonces –dice– aparecieron muchos colombianos interesados en aprender la pintura en acuarela conmigo y hasta hoy sigo enseñando mi técnica en mi estudio, en Bogotá”.
Si algo enorgullece a Xinru, en estos más de 30 años de residir en nuestro país, es que lo conoce mejor que muchos colombianos. Prácticamente ha llegado a los rincones más apartados del territorio, como lo reflejan sus acuarelas.
“En Colombia hay abundancias de paisajes bonitos y de luces fuertes, que me apasionan y que son elementos esenciales para una bella pintura en acuarela”, explica.
Con su pincel, Xinru congeló la exuberancia selvática del Amazonas y del Chocó, la luz esplendorosa del Caribe colombiano o los amaneceres brumosos de Boyacá y Cundinamarca.
Además, muestra el colorido de los pájaros que circundan el territorio o la vida de los koguis en la Sierra Nevada.
“Me ha gustado mucho recorrer el país buscando esos lugares especiales que abundan y que tienen luces diferentes dependiendo de la altura sobre el nivel del mar. Es distinta la luz de los páramos a la luz de la costa Atlántica. Los lugares que más me han gustado pintar son la Sabana de Bogotá y la Amazonia, por su flora tropical y sus habitantes indígenas, aunque en toda Colombia encuentro hermosas sorpresas”, concluye emocionado.
Una pasión por el arte desde la niñez
Song Xinru nació en Tianjing (China), en donde estudió arte. En Colombia fue profesor de la Universidad Nacional. Su pintura combina el colorido del paisaje del país con la técnica oriental de la tinta. “Para pintar en acuarela lo primero es observar y sentir. Luego dibujar a lápiz lo que se quiere pintar. En las pinturas se reflejan los sentimientos. Siempre he querido trasmitir una técnica diferente que reúna Oriente con Occidente”, anota.