En 1958, cinco años después de la entrega de armas de las guerrillas del Llano, la Junta Militar de Gobierno, con la autorización del presidente liberal Alberto Lleras Camargo, creó mediante el decreto 165 del 21 de mayo de 1958, la ‘Comisión Nacional Investigadora de las causas y situaciones presentes de la violencia en el territorio nacional’.
El cerebro y corazón de esta primera comisión investigadora de la que se tenga noticias en el país era el padre tolimense Germán Guzmán Campos, quien en 1960 recibió el título honorífico de monseñor del papa Juan XXIII.
La comisión funcionó durante ocho meses y recorrió los departamentos de Caldas, Cauca, Santander, Tolima y Valle del Cauca. Reconoció las poblaciones devastadas por la violencia, realizó 20.000 entrevistas con autoridades locales, regionales y nacionales, con los jefes militares y con los alzados en armas, promoviendo 52 pactos de paz en los que el enfrentamiento bélico seguía vigente y proponiendo medidas para las zonas afectadas y programas de intervención social.
Esta fue la primera comisión de paz que hubo en el país después de la llamada Violencia de los años 50, y en la cual el padre Guzmán Campos, que tenía un gran espíritu como investigador y archivista, cumplió una función preponderante.
Para el padre Guzmán Campos era necesario develar la verdad de aquella década oscura con el objeto de que no se volviera a repetir.
“Hemos cometido un error gigantesco, no volvamos a caer en ese error”, clamó el padre Guzmán Campos años después, cuando abandonó el país y se convirtió en investigador del Colegio de Posgraduados Texcoco de México.
El archivo de la Comisión Nacional Investigadora fue la base del libro ‘La violencia en Colombia’ (1962), que suscribieron el padre Guzmán, el sociólogo Orlando Fals Borda y el abogado Eduardo Umaña Luna. El libro se ha convertido en fuente pionera de los estudios sobre la violencia en el país que vinieron años después.
Guzmán Campos continuó ampliando el archivo, y se lo llevó a México. Ahí lo conservó hasta su muerte.
Hoy, ante los buenos oficios de la investigadora del Colegio de Texcoco Emma Zapata Martelo y de los académicos de la Universidad del Valle Alberto Valencia, Luis Carlos Castillo y Francisco Ramírez, se han dado a la tarea de publicar el archivo GGC, tan valioso para la historia del país.
El primer tomo publicado, por el Programa Editorial de Univalle, se titula ‘Entrega de armas de las guerrillas del Llano. Sep.-oct. 1953’ y recoge cartas firmadas por los militares de la época a los desmovilizados de la guerrilla liberal y sus respuestas para la entrega de armas y la paz en las regiones afectadas por la guerra.
El libro está ilustrado con fotos de época que Guzmán Campos conservó cuidadosamente, en las cuales departen autoridades del gobierno, militares y guerrilleros, como es el caso del legendario guerrillero liberal Guadalupe Salcedo, a quien asesinaron cuatro años después de la firma de la paz, en la carrera séptima, en condiciones extrañas.
Valga la pena rescatar este valioso documento que hoy se convierte en memoria histórica del país. La paz siempre ha sido un anhelo histórico del pueblo colombiano.
FABIO MARTÍNEZ
Tomado de El Tiempo