Por Patricia Tubella
Especial para El País (ES)
Una novela tragicómica que se desarrolla en el club de la comedia de una pequeña población de Israel ha merecido esta noche el premio Man Booker Internacional, el más prestigioso del Reino Unido consagrado a las obras de autores extranjeros traducidas al inglés. David Grossman, escritor y ensayista israelí (Jerusalén, 1954) se ha impuesto a los otros cinco finalistas, entre los que destacaba su compatriota Amos Oz, de la mano de A horse walks into a bar, el título original de un libro publicado en España por Lumen como Gran Cabaret.
El jurado ha reconocido la propuesta de Grossman como “un ambicioso equilibrio en la cuerda floja, ejecutado espectacularmente”, al anunciar el fallo en el transcurso de una velada en el museo Victoria & Albert. El galardón cuenta con una dotación de 50.000 libras (56.846 euros) que, tal y como estabecen sus bases, se repartirá a partes iguales entre Grossman y la traductora de su libro, la estadounidense Jessica Cohen.
La novela tiene como personaje principal a un monologuista -o artista del stand up en jerga anglosajona-, cuya función ante la clientela de un local de copas de Cesarea acaba provocando mucho más que unas risas. A medida que hilvana el relato de su vida, Dováleh irrita, indigna e invita a la deserción progresiva de su público, representativo en el libro de Grossman del microcosmos de la sociedad israelí. Entre aquellos que no huyen, la presencia de dos personas relacionadas con su pasado desencadenará un cambio en el protagonista y su actitud ante la vida.
El autor de La vida entera, La sonrisa del cordero o Más allá del tiempo, entre otros títulos de su vasta producción, es además una de las voces que enarbolan en Israel la bandera pacifista (antes y después de la muerte de su hijo menor en la guerra del Líbano, hace una década) y que defiende una vía negociadora para el conflicto con los palestinos. Comparte ese doble perfil de escritor reconocido y de activista con Amos Oz, el otro escritor israelí seleccionado asimismo en la lista de seis finalistas del Booker, completada por los escandinavos Roy Jacobsen (Noruega) y Dorthe Nors (Dinamarca), el francés Mathias Enard y la argentina Samanta Schweblin, a sus 39 años la contendiente más joven. A pesar de no resultar ganadora, la inclusión de Schweblin junto a otros autores consagrados ha supuesto un paso gigante en el reconocimiento de esta autora considerada una de las voces más prometedoras de la literatura moderna en lengua española.
Establecido en 2005, el Man Booker Internacional modificó sus bases en la pasada edición para centrarse en el reconocimiento de una obra concreta y no, como hasta entonces, en todo el cuerpo de trabajo de un autor. También abandonó su carácter bianual en pro de una convocatoria cada año. En aquella ocasión se impuso la escritora surcoreana Han Kang, gracias a su novela The Vegetarian (La Vegetariana).