El escritor colombiano Darío Jaramillo (Santa Rosa de Osos, Antioquía, 1947) ha ganado el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorcade 2018. El galardón, creado por el Ayuntamiento de Granada en 2004, ha premiado el conjunto de su obra poética, “una indagación de mi condición humana, del sentido que tiene el estar vivo y el ser un hombre de mi tiempo”, describe el poeta, que se ha enterado de la noticia en Valencia, donde estaba visitando a su editorial en España Pre-Textos. Jaramillo está considerado como uno de los mejores poetas de su país, aunque también es autor de novelas y ensayos. José Emilio Pacheco, Blanca Varela o José Manuel Caballero Bonald están entre los anteriores ganadores del reconocimiento.
“Ha sido una sorpresa absoluta. No lo esperaba y me siento estimulado, como cuando de niño te decían que habías hecho algo bien”, admite el autor de Historias, Poemas de amor, Cartas cruzadas, La voz interior o Poesía en la canción popular latinoamericana o su más reciente El cuerpo y otra cosa.
De El cuerpo y otra cosa, Jaramillo destaca que es un libro sobre la muerte, nada elegiaco, sino como la vocación de todo ser vivo. “Siempre he tenido la sensación [la identidad personal es el tema del libro] de que por dentro de mí han desfilado muchos daríos. Los seres humanos somos muchas personas diferentes a lo largo de la vida”, afirma.
Gesticula con pasión cuando le preguntan si encuentra semejanzas entre su obra y la del poeta que da nombre al premio que acaban de otorgarle. “García Lorca es un poeta inmenso y yo un aprendiz; alguien que ni termina ni quiere terminar de aprender. Coincido con él en el amor a la poesía y en la creencia de que existe el duende, una fuerza exterior que se apodera de uno en el momento en que trata de fijar una emoción, un sentimiento. Lo que pasa es que Lorca es inmortal y yo demasiado mortal”, sonríe.
A Jaramillo le gusta la sencillez. “No me interesa lo abstruso sino lo sencillo. Es más difícil ser directo que barroco”, apunta este escritor ya jubilado de su cargo de gestor cultural del Banco de la República, donde actuó como un gran dinamizador. Ahora lee mucha poesía, también novela e historia y, últimamente se interesa por la filosofía.
Como hombre de su tiempo, el poeta valora el fin de la guerra con las FARC: “En Colombia hay mucho por hacer. Es una sociedad muy desigual, donde no se ha incorporado a la vida participativa a buena parte de la población, pero por el momento las cosas van mejor”.
Tomado de El País (España)