Revista Pijao
Dan Brown lleva la Sagrada Familia y al rey de España a la Feria de Fráncfort
Dan Brown lleva la Sagrada Familia y al rey de España a la Feria de Fráncfort

Por Carles Geli   Foto Hannelore Foerster-Getty Images

El País (Es)

¿Podría Robert Langdon, el profesor de simbología de El código da Vinci, protagonizar su próxima esotérica aventura en Cracovia? ¿Y en Abu Dhabi? ¿Por qué no China? La ubicación a la pregunta que más veces se le formuló ayer a Dan Brown respondía exclusivamente a la nacionalidad de los más de 250 periodistas presentes en la multitudinaria rueda de prensa internacional de Origen (Planeta; Columna en catalán), última obra del que quizá es hoy uno de los mayores fenómenos de ventas de libros del mundo (más de 200 millones de ejemplares), con la popularidad y hasta la repercusión turística que en su caso conlleva. La cita fue en la 69ªFeria del Libro de Fráncfort, aperitivo de la presentación pública que hará el sábado en el mismo marco, pero ante 1.800 personas, el considerado el rey del thriller conspirativo.

El lector español no necesita formularse esa posibilidad porque Origen transcurre entre Bilbao y, sobre todo, Barcelona. Así, en el Museo Guggenheim de la capital vasca, un alumno aventajado de Langdon va a hacer público un descubrimiento trascendental sobre el origen y el destino de la humanidad, pero no podrá completarlo; para que el hallazgo no caiga en manos peligrosas, Langdon y la directora del centro huyen, perseguidos por un enemigo atormentado, a Barcelona, donde empezarán un juego de pistas para desvelar claves del descubrimiento, en un yincana cabalística que les llevará por La Pedrera y la Sagrada Familia. La basílica de Gaudí es, excepto en las cubiertas de las ediciones españolas, holandesa y portuguesa, la gran y única protagonista de las 14 traducciones de una obra que a la semana de aparecer ya es la más vendida en España, un 20% más que su segundo título, Inferno, por las mismas fechas. En Inglaterra, en el mismo periodo, ha sobrepasado los 100.000 ejemplares, a los que hay que añadir 14.000 audiolibros.

“Cuando entré en la Sagrada Familia y también al ver sus escaleras oscuras de caracol supe que alguien había de morir allí”, dijo ayer Brown, que también hace aparecer el MareNostrum, el superordenador más potente de España ubicado en una capilla de la antigua Torre Girona de Barcelona, así como, en un batiburrillo de escenografías clásicas de la geografía española, el monasterio de Montserrat, el Valle de los Caídos, la Catedral de Sevilla, el Palacio Real o el Palmar de Troya. Brown, que a los 17 años ya pasó un tiempo viviendo en Gijón, ha realizado en los últimos tiempos tres visitas a la capital catalana, que se han traducido casi en meses, por lo que no pudo rehuir una pregunta sobre la tensión sociopolítica entre Cataluña y España: “Amo Cataluña y amo España, espero que lo puedan arreglar, es una situación muy dolorosa; pero es también un signo de los tiempos”, sin especificar cuáles. Una respuesta que precedió al porqué de la inclusión de una familia real con un monarca viejo (y que mantiene una intensa vinculación con el arzobispo de Madrid) y su joven heredero. “Quería reflejar la doble naturaleza de España, con creencias tradicionales muy arraigadas y una mentalidad muy avanzada en muchas cosas”.

Origen nació, según reveló ayer Brown, tras escuchar una versión moderna de una pieza musical litúrgica que tocaba su hermano compositor Greg. “‘¿Sobrevivirá Dios a la ciencia’?, me pregunté; y empecé a leer durante seis meses todo lo que pude sobre qué somos y de dónde venimos y luego documentándome y entrevistándome con teólogos y expertos en inteligencia artificial”, concretó. El resto ya responde a la estructura de una novela vestida a partir de esos complejos juegos de pistas tan queridos del autor de Ángeles y demonios desde que sus padres, Connie y Dick (devota organista de música religiosa, ella; profesor de matemáticas, él), “se dedicaban en Navidad a ponernos una nota bajo el árbol sobre dónde estaban los regalos; lo que nos llevaba a otra pista que había que descifrar y así hasta encontrarlos”.

La pregunta mística de Origen no tiene una respuesta muy clara, admitió ayer Brown. “Históricamente, ningún Dios ha sobrevivido a la ciencia; hay todo un panteón de dioses antiguos que lo demuestra; se ha de ser muy inocente para pensar que los dioses de hoy seguirán en el futuro; lo que hacen es evolucionar”, aseguró quien, por vez primera, no solo refleja el cristianismo sino que también incluye personajes representantes del judaísmo o del islamismo. “Quería recoger esas otras realidades religiosas, que en el fondo tiene más similitudes que diferencias”. Y en el duelo entre fe y ciencia, recordó la cara oscura de esta última: “El hombre nunca ha creado una tecnología que no haya convertido luego en arma”.

Solícito y relajado desde su blazer azul y sus pantalones claros, con la confianza que da llevar ayer al menos tres escoltas de seguridad y de haber ganado el año pasado 9,5 millones de euros, aprovechó Brown para meterse con Donald Trump a partir de admitir su especial debilidad por Europa, donde ha ambientado casi todas sus novelas de Langdon menos El símbolo perdido. “Me fascina su arquitectura y su arte y su conexión con la Historia, lo que no ocurre en mi joven EEUU, pero incluso ahora estoy orgulloso de mi país porque tiene estructuras de Estado que impiden abusos de poder… Pensé en escribir un ‘El código Trump’”, bromeó, “pero lo suyo me parece increíble incluso para mí”. Quizá sería el único libro capaz de batir a su El código Da Vinci, según sus editores, aún hoy el más vendido en español con más de 8 millones de ejemplares.


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