Por El Universal (Ve)
El 10 de abril César Contreras se enteró del veredicto del jurado de la primera edición del Concurso Nacional de Cuentos Notitarde, integrado por Krina Ber, Armando José Sequera y Jorge Gómez. Su libro Formas de partir sería publicado.
Hoy, varios meses después, lo presenta en la librería Lugar Común de Las Mercedes, junto con el que fue su primer profesor en un taller literario: José Tomás Angola Heredia.
El libro reúne 17 cuentos breves, escritos entre 2010 y 2016, en los que el autor aborda el tema de la muerte con particular ironía, como quien en lugar de temerle ha hallado en ella una manera de perpetuarse. También prevalece el realismo mágico, que se hace evidente desde la primera historia, La loca Domitila, que dedica "a la gente de Macondo".
Contreras comenzó desde pequeño a apasionarse por la lectura, inspirado por una familia de asiduos lectores. "Me interesaba lo que estaba detrás, el ser el responsable de que esta gente se quedara tan embelesada frente a una hoja de papel por tanto tiempo", recuerda.
Cuenta que sus primeros ejercicios de literatura fueron con su madre. "Ella me leía poemas y me pedía que inventara una historia con lo que me estaba leyendo".
A los 5 años comenzó a escribir cuentos y mucho tiempo después, ya en la adultez, realizaría talleres de escritura como el de Monte Ávila Editores. "Posiblemente ha sido una de las experiencias más intensas y productivas. Un taller con gente muy interesada de verdad en la escritura como profesión, que me hizo seguir escribiendo", expresa.
Sus referencias no son sólo literarias. En sus cuentos se cuelan epígrafes de canciones de los Beatles, Rammstein y Iron Maiden. "Siempre me da como angustia cuando veo en un libro un epígrafe de otro libro: lo que pienso es cuánto me falta por leer. Prefiero irme hacia la música", explica Contreras.
Es psicólogo de profesión, aunque quisiera poder vivir de eso y de escribir. "La literatura para mí es una ventana hacia la experiencia humana. Al mismo tiempo, permite alejarte de lo que está pasando alrededor, y en algunos momentos es más que necesario mirar hacia afuera", dice.
-¿Cómo relaciona la psicología con lo que escribe?
-Esa pregunta siempre me ha perseguido. Recuerdo siempre uno de esos talleres de literatura, cuando hablaban de la psicología del personaje. Les tuve que confesar que no tenía idea. Creo que a veces donde se ve es cuando los personajes reflexionan sobre sí mismos. Esos temas siempre están ahí porque son inherentes a la naturaleza humana, sin que uno sea psicólogo. La literatura ayuda a entender mejor algunos conceptos de psicología. Eso lo fui viviendo mientras estudiaba.
-¿Por qué escribir sobre la muerte?
-Es un tema sobre el que estoy trabajando siempre. Desde pequeño he vivido con una familia bastante extensa y longeva. De niño hacía muchos viajes al interior, a velorios de familiares de mis abuelos, y eso también influye en que uno esté cerca del tema de la muerte y quiera trabajarlo de alguna forma. Creo que a eso responde la temática.
-La muerte para mí siempre ha sido como una ausencia muy presente. Es una falta, pero también es una evolución en el estado de las cosas.