Revista Pijao
Amir Hamed: una voz culta, compleja y gratificante
Amir Hamed: una voz culta, compleja y gratificante

Por El País (Uy) 

El escritor uruguayo Amir Hamed escribió en abundancia. Lo hizo desde varios rincones de la literatura, disciplina a la que le dedicó su vida. Como autor, Hamed publicó novelas, ensayos, cuentos y organizó lecturas en vivo, entre otras actividades vinculadas a ese arte en el que trabajó desde la década de 1980.

Hamed -quien falleció el pasado lunes a sus 55 años debido a complicaciones derivadas de un cáncer de estómago- también trabajó desde el otro lado del mostrador, como editor. Estuvo al frente de la editorial H Editores -formada junto a otros escritores colegas-, la revista Interruptor y Henciclopedia, un sitio cultural que fundó en 1993. En él trabajó junto a sus colegas y amigos, Aldo Mazzucchelli, Gustavo Espinosa, Carlos Rehermann y Sandra López Desivo.

Mazzucchelli contó que el autor se describía a sí mismo como “un sacerdote del ‘Tempo de la Literatura’”, y que a lo largo de su carrera se volvió “muy consciente” a la hora de subrayar la importancia de lo escrito ante lo oral.

De su obra narrativa, la complejidad fue uno de los elementos notorios en los trabajos recientes de Hamed. Como autor de ficción, creyó que un escritor siempre debía buscar una verdad en sus textos.

“Era extraordinariamente original”, señaló Rehermann. “La concepción de sus últimos libros es muy peculiar. Él era consciente de que estaba innovando”, agregó.

Los relatos propuestos por el uruguayo se alejaban de la lectura inmediata y fueron elogiados por especialistas del circuito literario, en el que se alabó la prosa de Hamed, cultivada en un entorno académico y sin miedo a explorar la posmodernidad a través de la ficción.

"Decía que la novela no está hecha para entretener ni ser leída fácilmente, como un prospecto de un yogur, sino que debe ser leída con ojo profundo tanto del lector como del autor”, agregó Rehermann.

Hamed, quien tenía ascendencia siria por parte de su padre, nació en Montevideo en 1962. Se licenció en Letras en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, pero no se detuvo ahí. Obtuvo su doctorado en Literatura Iberoamericana en la Universidad Northwestern de Chicago, donde también trabajó como profesor. En Uruguay dio clases en la Facultad de Humanidades, en la Universidad Católica del Uruguay y la Universidad ORT.

Entre su obras destacadas se encuentran las novelas Artigas Blues Band (1994), Troya Blanda (1996), Semidiós (2001) y Cielo 1/2 (2013); los libros de relatos Qué nos ponemos esta noche (1992) y Buenas noches, América (2002) y los volúmenes de ensayos Retroescritura (1998) y Mal y Neomal: rudimentos de geoidiocia (2007).

“Amir tomó en sus libros y ensayos posiciones provocativas, que frecuentemente no iban con la opinión general de Uruguay”, señaló Mazzucchelli.

Hamed también fue un apasionado de la música. Fanático de Bob Dylan, compuso música y reflejó su gusto por el rock no solo en el ámbito privado, sino también en público. Formó las bandas Macaco y Amir y Los Elefantes, y desde 2010 organizó las “Veladas beatnik”, una serie de eventos literarios-musicales inspirados en ese movimiento estadounidense.

Luego de varios años desarrollando su labor como ensayista, el literato volvió a fines de 2016 a la ficción en su última novela publicada, Febrero 30. El libro, promocionado como una obra de “autoficción”, fue publicado por la editorial Hum.


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