Revista Pijao
Tributo literario a víctimas de El Nogal
Tributo literario a víctimas de El Nogal

“Todo eso terminó el 7 de febrero de 2003, cuando la ciudad se estremeció tras una explosión que cegó mi vida y la de otras treinta y seis personas que se encontraban en el club El Nogal en ese momento. Escuché la explosión y luego una fuerza terrible me hizo estrellar contra el techo del comedor en el que unos momentos antes había estado cenando con una amiga”.

Esto lo dice Gabriela, la protagonista de la novela juvenil Mi hermano y su guitarra, que acaba de publicar la escritora bogotana María Paula Toro (1981), inspirada en la pérdida que sufrió de una de sus amigas del colegio en este atentado, cuando tenía 14 años.

“Ella era de mi mismo salón y para mí fue muy impactante porque un viernes por la tarde salimos todos y cuando regresamos el lunes había en el salón una persona menos y un pupitre vacío. Y fue algo muy difícil, especialmente cuando tú eres tan joven y das por sentado que nada de esto te puede ocurrir”, dice la autora.

De esta manera fue naciendo su tercera novela juvenil, que al saltar a la narrativa de ficción combina otras experiencias familiares que dieron vida a Daniel, el hermano menor de la protagonista. Él es el único que tiene la facultad de ver a su hermana convertida ahora en espíritu.

Toro estructura la trama en dos dimensiones. Por un lado, los relatos en primera persona de Gabriela, que –acompañada de un ángel– se niega a pasar el túnel de luz, para quedarse al lado de su hermanito.

Y, por el otro se cuenta lo que están viviendo la familia y los amigos de Gabriela en la dimensión terrestre.

La escritora anota que la reflexión existencial que le quedó girando en su mente, luego del atentado, fue todo lo que no alcanzó a hacer su amiga. “Todos crecimos, estudiamos una carrera, luchamos por nuestros sueños, y ella no pudo vivir nada de esto”, anota.

Ese contrapunto de corte existencial lo tiene en la trama Daniel, quien decide ser músico y de alguna manera terminará cumpliendo los sueños de Gabriela, de los cuales ella será testigo.

Para escribir el libro hace tres años, Toro regresó a su diario de adolescencia, el cual la ayudó a reconstruir los pensamientos, sueños juveniles y vida.

Al pensar en su público lector, la autora cree que podría ser una reflexión inspiradora sobre el valor de la vida.

“Gabriela muere y se queda con las ganas de vivir y de hacer muchas cosas.

Entonces, el hecho de que uno esté vivo, respirando y en capacidad de soñar implica que se puede realizar grandes cosas en la vida”, comenta.

Al formar parte de una generación de transición que alcanzó a tener un pie en los años del terrorismo, pero que será testigo de una especie de nuevo país, Toro cree que su libro también es un ejercicio de memoria.

“Quiero dejar sentada también una memoria en honor de las víctimas de El Nogal y darles un rostro, que no se queden solo en un número. Y el libro también aborda el saber perdonar. En algún momento tenemos que dejar ir toda esa rabia y todo lo que sentimos por lo que nos tocó vivir y seguir adelante”, concluye la escritora.

Intermedio Editores, 138 páginas, $ 40.900.

Con información del periódico El Tiempo. Foto: Rodrigo Sepúlveda


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