Revista Pijao
Bukowski o el lenguaje de la cotidianidad
Bukowski o el lenguaje de la cotidianidad

Charles Bukowski (1920 – 1994), fue un escritor alemán, radicado después de la primera guerra mundial en Estados Unidos, considerado como el maestro del realismo sucio o el escritor maldito, alcohólico, mujeriego, jugador y desadaptado social. 

En los años setenta en Estados Unidos, lidera junto a Jhon Fante, Raymond Carver, Richard Ford y Tobias Wolff, el movimiento llamado realismo sucio, el cual buscaba reducir la narración a lo fundamental, sin adornos, ni adjetivos literarios de ninguna clase. Su temática pasaba por la miseria, lo no bonito, el sexo crudo, el lenguaje soez, la amargura, el humor negro y la ironía.

Fruto de ese movimiento, Bukowski, después de 10 años de no querer saber nada de las letras, decide comprometerse con la literatura a su manera y publica numerosos libros entre los que tenemos ‘Factotum’, publicado luego de su muerte por la editorial Anagrama en el año 2007. De los textos de ese libro destaca el cuento ‘Un Hombre’.

Fiel a su estilo, amparado en el lenguaje de la cotidianidad, este cuento plasma claramente lo que hizo famoso a Bukowski: su irreverencia, lo crudo de su pluma y plantea personajes con profundas alteraciones sicológicas, acompañadas de un mar de frustraciones, miedos y desencuentros.

Charles, Constance (Connie) y Walter, constituyen una trilogía que vive en torno al alcohol, el sexo, el desengaño, el machismo y el masoquismo, situaciones que el autor retrata de manera cruda y real. Cada uno de los escenarios donde se desarrolla la historia, tiene como elementos fundamentales el licor, la cama, la insatisfacción y el sexo. Connie, una mujer infeliz, ebria, busca refugio en  Charles, un lavaplatos que reside en un remolque y que le sirve para  descargar todos sus lamentos y quejas contra su marido a quien  ha robado y dejado, según dice, definitivamente. Charles, la toma y llena los vacíos sexuales que le deja Walter, hasta quedar dormido con sus caricias, no sin antes hacerle una escena de celos. Ella entonces, una vez saciada (maltratada),  regresa de todas maneras a buscar a Walter en el bar de siempre para preguntarle si  la extrañaba, quedando la historia en el suspenso y en manos del cantinero con el que conformaban otra trilogía de hace tiempo. 

La literatura de Bukowski, es el reflejo de una época y talvez de una década que marcó a los jóvenes norteamericanos, los sesenta. La guerra de Vietnam, donde miles de estadounidenses entregaron su vida tras de nada, el mayo de 1968, que visibilizó a los jóvenes franceses y con ellos a la juventud del mundo que por fin reaccionó, la conquista de la luna, el inicio de la era espacial, la caída de Batista en Cuba, el hippismo (Peace and Love)  y tantos otros sucesos que hicieron de esta, uno de los periodos más agitados y movidos de la historia. 

Indudablemente la obra de Bukowski, no deja a nadie indiferente, se le ama o se le odia, pero no se le desconoce. Y el mismo, hace una radiografía propia, cuando dice: "Disfruto las cosas malas que se dicen de mí. Aumenta las ventas de los libros y me hace sentir malo. No me gusta sentirme bueno porque soy bueno. Pero, ¿malo? Sí, me da otra dimensión”.(El Culto, 2019)

Carlos Gálvez Santa

Especial Pijao Editores


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