Revista Pijao
Revolución en pantalla: 'el cine como arte subversivo'
Revolución en pantalla: 'el cine como arte subversivo'

Por Manuel Kalmanovitz

Revista Arcadia

El libro El cine como arte subversivo es una cápsula de tiempo extraordinaria que permite echarle un vistazo a la cinefilia más avanzada, apasionada e idealista de Estados Unidos alrededor de 1974.

El autor, Amos Vogel, fue el creador y programador de Cinema 16, un cineclub de películas en 16 milímetros (de ahí su nombre) y que formó a toda una generación de cinéfilos en Nueva York entre 1947 y 1963.

Eran otras épocas, claro. Sin YouTube ni tiendas de video, Vogel intentaba armar programas variados que cuestionaran las creencias más básicas de sus afiliados (“la gente sabía que, al ir a Cinema 16, debían esperar quedar molestos algunas veces”, dijo en una entrevista en 1983) y que incluían desde documentales médicos hasta películas de vanguardia.

Este libro puede verse como un resultado colateral de ese proceso curatorial: durante esa década larga, Vogel fue armando fichas de cada película revisada y acá intentó organizarlas en dos grandes categorías (subversión de la forma y subversión del contenido), complementándolas con capítulos sobre temas prohibidos y el poder de la subversión.

En la introducción, Scott MacDonald señala que Vogel no era una figura académica y eso está claro en la cantidad de adjetivos que se esparcen libremente por estas más de 500 páginas. Hay muchos “indudablemente”, “sin lugar a dudas”, “obras maestras indiscutibles”, que no tendrían lugar con una aproximación más fría.

En cambio de distancia crítica, Vogel ofrece un conocimiento enciclopédico articulado con urgencia y con una fe que hoy resulta conmovedora sobre el futuro que prometían los movimientos sociales contestatarios, en general, y estas películas incómodas, en particular, con sus intentos de ir más allá del cine narrativo para cuestionar y renovar lo que entendemos como posible en el arte y la vida.

Editado sobriamente, a dos tintas y lleno de fotografías (cuya ocasional falta de claridad aumenta su poder evocador), por el brazo editorial del festival de documentales Ambulante, este libro puede ser un trampolín perfecto para sumergirse en las variedades del cine underground hasta 1974 y para ver, con sorpresa, lo lejanos que seguimos estando de ese sueño de lenguajes vanguardistas y justicia social que inspiró a Vogel.


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