Revista Pijao
El ocaso del policial masculino
El ocaso del policial masculino

Por Carlos Zanón

El País (Es)

Antonio Mercero (Madrid, 1969) ha escrito series televisivas (Farmacia de guardia, Hospital Central, El rey), películas (Quince años y un día, Felices 140) y novelas (La cuarta muerte y La vida desatenta). El final del hombre es su primera incursión en el género policial. Uno suele ponerse en posición de alerta ante este apuntarse al género como si cualquiera que sepa redactar y que haya visto una decena de series con polis atormentados, psicóticos pero, eso sí, guapotes a más poder, sepa escribir una novela. Si a eso le añadimos que el protagonista aquí y con hechuras de serie es Sofía Luna —en las primeras páginas Carlos Luna—, hemos de añadir más luces de alerta.

Ese síntoma de que en lo único que los escritores policiales se arriesgan es en la elección excéntrica del protagonista y en ponerle vestidos, colores de piel, taras y tics. Un inspector transexual podía interpretarse como una apuesta más para diferenciarse de la manada de detectives, inspectores, policías que lloriquean atención desde la mesa de novedades. Bien, pues con todas las luces de alarma encendidas, empiezas a leer El final del hombre y enseguida las apagas. Esta novela es un policial estupendo, bien planteado y escrito, con protagonistas y secundarios perfilados y diferenciados y un fundamento ideológico o social profundo y, por fortuna, nada maniqueo: el mundo es de las mujeres y los hombres deambulan como dinosaurios añorando los días antes del meteorito, bestias enfurecidas o gente civilizada que trata de encontrar su sitio en el nuevo orden sin dejar de ser quien es.

El argumento no augura las bondades que te esperan. Carlos, el mismo día que espera que le den su DNI como Sofía, ha de hacerse cargo del asesinato del hijo de un novelista famoso por sus libros ambientados en el medievo. Asesinado con un cuchillo curvo, una imitación de una reliquia mora. A partir de ese momento, y con un excelente sentido del equilibrio narrativo, Mercero da tanta importancia a la investigación como al momento trascendental en la vida de su protagonista: un tipo divorciado y con un hijo adolescente que desconoce que su padre siempre ha sido mujer, se ha sentido mujer y en un entorno laboral rudo. En todo momento, este aspecto tiene criterio y es examinado a la distancia justa sin extremismos. Es el hilo que Mercero nos hace seguir para plantear la tesis de fondo: el presente es mujer. El resto de personajes son un muestrario soberbio nada maniqueo ni superficial. Nada huele a cliché. Mercero trabaja con casi una docena de personajes y no resalta lo obvio y da personalidad a cada uno merced a unos diálogos modélicos, con tonos e inflexiones diferenciadores donde no sobra ni falta nada.

Todo funciona en esta novela en la que el autor juega la baza de seis, ocho sospechosos, cada uno con un secreto y un motivo para asesinar. Es quizá esa voluntad de hacernos llegar completamente desorientados a las últimas páginas —a veces, de modo algo tramposo— lo que hace que se agote el lector ante tanto vaivén en el tren de la bruja. También un exceso de subtemas de actualidad que lastran la resolución al elegir la carta marcada y nunca enseñada y que parece menor en comparación con las otras posibilidades. La ambición es aquí recompensada, pero como les pasa a veces a los grandes jugadores, hay un empacho de balón que no desmerece un policial más que recomendable.

'EL FINAL DEL HOMBRE'

Autor: Antonio Mercero.

Editorial: Alfaguara (2017).

Formato: eBook y tapa blanda (416 páginas).


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