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8 cuentos colombianos
8 cuentos colombianos

Por Revista Arcadia

El escritor, dramaturgo y cinéfilo caleño Andrés Caicedo se suicidó a los 25 años el 4 de marzo de 1977. Estaba recién publicada su novela ¡Qué viva la música!. Cuarenta años después, Caicedo y su obra todavía dan de qué hablar. Sus textos transgresores, llenos de malestar con la sociedad y consigo mismo, atravesados por rock, salsa y cine B de Estados Unidos, siguen guiando a jóvenes escritores colombianos.

Dentro del marco de la celebración de las cuatro décadas de su novela más conocida, se propuso organizar un concurso de cuento para recordar a Caicedo y, a la vez, fomentar la literatura colombiana. La Secretaría de Cultura de Cali aceptó la idea, y tras el éxito de la propuesta, planea hacer el concurso de manera bianual. El jurado, compuesto por Juan Gabriel Vásquez, Juan Esteban Constaín y Melba Escobar, tuvo que escoger un ganador entre 50 finalistas, seleccionados de 826 cuentos postulados por escritores de todos los departamentos de Colombia.

El cuento ganador, “Cuando ellos me llaman” de Harold Muñoz, recibió siete millones de pesos cuando se anunció el galardón en la Feria Internacional del Libro de Cali. La obra de Muñoz, junto con las obras ganadoras del segundo (“Diario de un hombre que va al gimnasio” de Juan José Cuellar) y tercer (“Demolición” de Diego Armando Peña) puesto, y cuatro menciones de honor, se encuentra en el libro 8 cuentos.

El octavo cuento es “El encuentro”, una historia inédita de Andrés Caicedo que viene acompañada de su manuscrito original, escrito en noviembre de 1969. El encargado de escoger el cuento de Caicedo fue José Zuleta, que exploró textos escritor por Caicedo entre 1966 y 1969, es decir cuando tenía entre 16 y 18 años, hasta encontrar una obra completa. Caicedo escribió “El encuentro” en Bogotá.

El libro completo, editado por la Universidad ICESI, es una celebración de la literatura colombiana. Exalta nuevas voces, alienta a quienes quieren escribir y homenajea a un hombre que ayudó a forjar el camino de cientos de autores colombianos. Pero lo más importante es lo que representa: un futuro para la escritura en el país.


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