Revista Pijao
19 libros escritos por mujeres que deberían leer todos los hombres
19 libros escritos por mujeres que deberían leer todos los hombres

Por Elena Horrillo / Carlos Primo

Icon El País (Es)

"Las mujeres escriben diferente a los hombres. Tenemos mucha conversación doméstica o personal. Las mujeres se sienten cómodas hablando de lo personal, a diferencia de los hombres. Las mujeres han comprado libros escritos por hombres desde siempre, y se dieron cuenta de que no eran libros sobre ellas. Pero continuaron haciéndolo con gran interés porque era como leer sobre un país extranjero. Los hombres nunca han devuelto la cortesía". Son palabras de la pacifista y escritora neoyorquina Grace Paley (1922-2007). Para devolver la cortesía, quizá deberíamos empezar por estos 19 títulos...

'El segundo sexo' (1949), de Simone de Beauvoir

Por qué lo debe leer un hombre. Porque es una lectura fundamental para cualquier hombre que se interese por entender cómo, a lo largo de la historia, se han ido construyendo las identidades de las mujeres -normalmente con respecto a un hombre: hija, esposa, madre, olvidándose de sí misma-. Es decir, cómo a la mitad de la población se la ha definido -y se ha definido ella misma- en función de la otra mitad. Si quieres entender de una vez qué es eso de que “no se nace mujer: llega una a serlo”, este libro lo explica perfectamente. Obra fundacional del feminismo que incide en el beneficio que la igualdad real traería tanto para mujeres como para hombres. Ya fue un éxito de ventas desde su publicación, allá por 1949. Y a pesar de estar escrito hace más de seis décadas sigue estando de rabiosa actualidad.

'La voz dormida' (2002), de Dulce Chacón

Por qué lo debe leer un hombre. A pesar de todo lo que hay escrito sobre la Guerra Civil y el franquismo, Chacón desentierra un rincón de ese prisma al que rara vez se le había otorgado luz. El de un grupo de mujeres presas -una de ellas, Hortensia, embarazada de ocho meses- en la cárcel de Las Ventas (Madrid) en la postguerra civil española. Mujeres reales cuya voz se silenció, no solo por ser la de los perdedores, sino también por ser mujeres. En las nueve palabras con las que empieza el libro -“La mujer que iba a morir se llamaba Hortensia”- se recoge la esencia del texto. Duro y sin ambages -aunque la propia Chacón reconoció que tuvo que dulcificar alguno de los testimonios reales que recoge en el libro-, pero también con un poso de dulzura, de lealtad y de comunidad. Si llevas meses escuchando la palabra “sororidad” sin tener muy claro de qué va, deberías leer este libro.

'El cuento de la criada' (1985), de Margaret Atwood

Por qué lo debe leer un hombre. Porque refleja una sociedad patriarcal llevada al extremo. Las mujeres son las principales perjudicadas, pero el hombre también sufre (aunque en menor medida) las consecuencias. La adaptación a la pequeña pantalla triunfó en los Emmy y este es el libro de donde salió todo. ‘El cuento de la criada’ es sobre todo un relato que incomoda porque nada de lo que posibilita llegar a esa situación suena tan absolutamente improbable: la crisis económica, ecológica, el terrorismo, el recorte de libertades, el machismo… Como escribía la propia Atwood: "En determinadas circunstancias puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar".

'Jane Eyre' (1847), de Charlotte Bronte

Por qué lo debe leer un hombre. Porque despoja de convencionalismos y tópicos una figura, la de la mujer huérfana, soltera y trabajadora, que los escritores del XIX retrataron casi siempre desde el paternalismo. Si 'Jane Eyre' lo hubiera escrito un hombre, su protagonista sería una mujer desvalida y víctima de todos. Sin embargo, Charlotte Bronte cuenta la historia de una mujer que lucha por ser independiente y que se resiste a ser sólo "mujer de", y lo que le sale es el reverso luminoso de 'Madame Bovary'. Hay un trasfondo romántico, es verdad, pero no es lo que importa: lo esencial es que Jane Eyre le habla de tú al lector, le cuenta su vida y le hace partícipe de ella. Relata de forma directa y apasionada cómo era la vida provincial de la Inglaterra victoriana, huyendo del victimismo y de la autocompasión. Una novela apasionante.

'Manual para mujeres de la limpieza' (2015), de Lucía Berlín

Por qué lo debe leer un hombre. De Lucía Berlín han dicho que se parece a Carver o a Bukowski así que conviene leerla y reivindicarla para que no tengamos que compararla, como siempre, con un autor masculino. Para que ya no sea “el Carver en femenino” sino simplemente Lucía Berlín. Este ‘Manual para mujeres de la limpieza’ es una antología de cuentos publicados once años después de la muerte de su autora, que curiosamente falleció el día de su 68 cumpleaños. Impregnadas de ironía, humor negro y sarcasmo, Berlín (Alaska, 1936 - Los Ángeles, 2004) va perfilando pequeñas historias, con un importante tinte autobiográfico, de personajes -mujeres- maltratados por la vida, pero no rendidos, aunque sí ausentes de ese heroísmo inmaculado que tantas veces vemos en la ficción.

'Ms Marvel' (2014), de Varios Autores

Por qué lo debe leer un hombre. Porque demuestra que las chicas también pueden salvar el mundo. Hagamos un ejercicio. Cerremos los ojos y pensemos en una superheroína. Vale, y ¿aparte de la Wonder Woman que han popularizado Patty Jenkins y Gal Gadot? Es muy probable que, en el caso de que se nos ocurra alguna más, nos cueste llegar a más de tres. Con lo fácil que es pensar en Batman, Superman o Spiderman (todo hombres), ¿eh? Para llenar este vacío y para que descubras que las chicas también pueden salvar el mundo te recomendamos 'Ms Marvel' que, además, es una superheroína musulmana, de familia pakistaní conservadora, que se encuentra con sus poderes y decide emplearlos para hacer el bien porque admira a la Ms Marvel original, otro personaje de los 70. Este cómic, como suele ocurrir con los personajes de Marvel, muestra a una chica normal, que va al instituto y que ya tiene suficientes y normales problemas más allá de sus poderes. Nada de millonarios, hijos de dioses o traumas épicos de una infancia dramática. Y lo mejor, aunque no te hayas leído un cómic en tu vida, no te perderás en ninguna trama.

'Persépolis' (2000), de Marjane Satrapi

Por qué lo debe leer un hombre. Imagina a una niña de 10 años, criada dentro de una familia progresista, que ve cómo triunfa la Revolución Islámica en Irán y narra, en primera persona y con un brillante e irónico humor, los cambios que ese nuevo orden acarrea: la obligatoriedad de llevar el velo, la restricción de las libertades o los guardianes de la revolución. Conviene leerlo porque no se trata de la historia que otros cuentan de esas mujeres tapadas que vemos en televisión, como algo lejano, silente y ajeno, sino de una niña que toma su propia voz para explicarlo. Porque la protagonista es la propia Satrapi que, aunque de pequeña quería ser profeta, terminó por perder la fe y contar su propia historia a través de unas expresivas viñetas en blanco y negro. ‘Persépolis’ es un combo casi perfecto: una lección de historia, de igualdad y de libertad.

'Salvaje' (2012), de Cheryl Strayed

Por qué lo debe leer un hombre. Porque su lectura viene muy bien para acabar con los estereotipos: si esperas encontrarte con una mujer que pega grititos si se encuentra una serpiente, te equivocas. Volvemos a las comparaciones. Hay quien considera este ‘Salvaje’, de Cheryl Strayed, la versión femenina de ‘Hacia rutas salvajes’, de Jon Krakauer. Y son muy diferentes. Para empezar, Strayed escribe su propia historia y lo que la lleva a iniciar su camino por el Sendero del Macizo del Pacífico: la muerte de su madre, su divorcio y un errante sendero entre la promiscuidad y las drogas. Un día, sin experiencia ninguna y en solitario, comienza a recorrer los 4.000 kilómetros de este viaje. Y resulta una lectura apasionante.

'Todos deberíamos ser feministas' (2014), de Chimamanda Ngozi Adichie

Por qué lo debe leer un hombre. Porque ayuda, y mucho, a saber qué es realmente el feminismo. Para evitar tópicos, la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie se define al inicio de esta charla convertida en libro como una “feminista feliz africana que no odia a los hombres y a quien le gusta llevar pintalabios y tacones altos para sí misma y no para los hombres”. Una vez puestas las bases, continúa desgranando cómo se normaliza el machismo, como desde nuestra infancia, desde las bases de nuestra educación, nos han -nos hemos- inoculado esa visión que “prescribe cómo tenemos que ser, en vez de reconocer cómo somos”. Con un lenguaje claro y audaz, este breve texto que cuesta menos de cinco euros, se ha convertido en una referencia mundial. En Suecia, lo regalan a los alumnos de 16 años y Beyoncé incluyó dos frases del libro en su canción ‘Flawless’.

'Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado' (1969), de Maya Angelou

Por qué lo debe leer un hombre. Porque es un ejemplo brutal de superación por parte de una mujer. Para quien no la conozca, Maya Angelou (EEUU, 1928-2014) fue poeta, cantante, bailarina y actriz; pero antes que eso fue prostituta, cocinera y regente de algún club nocturno de dudosa reputación. Y un poco antes fue una niña negra, violada por el novio de su madre, y que estuvo 10 años sin hablar después de que el violador fuera asesinado, presuntamente, por miembros de su familia. Si solo por esto no te dan ganas de leer su historia, te damos más razones. En este primer volumen de su autobiografía, Angelou narra cómo una niña descubre el mundo al que debe enfrentarse, en plena segregación racial en Estados Unidos, siendo mujer, negra y pobre, una triple discriminación. Y lo hace sin victimismo, cursilería o falso dramatismo más bien con una prosa inteligente y brillantemente real. Y si te quedas con ganas de más, tienes seis libros más que completan la biografía. El último de ellos es el que la actriz Emma Watson escondió por el metro de Londres para fomentar su lectura.

'Los hermosos años del castigo' (1989), de Fleur Jaeggy

Por qué lo debe leer un hombre. Porque refleja la reclusión social femenina. Y lo hace de un modo insólito. Narra la convivencia entre mujeres en un entorno exclusivamente femenino. La primera novela de esta autora suiza es uno de los libros más extraños y magnéticos que andan pululando por ahí. Basado en sus recuerdos de infancia, está ambientada en un opresivo internado femenino suizo en el que parece no suceder nada y toda la tensión fluye bajo la superficie. Al igual que otras obras maestras (por ejemplo, 'Entre visillos', de Carmen Martín Gaite), refleja de forma admirable el aislamiento social ("Nos retiramos a nuestros cuartos, la vida la hemos visto pasar a través de las ventanas").

'La hora de la estrella' (1977), de Clarice Lispector

Por qué lo debe leer un hombre. Porque la prestigiosa filósofa Hélène Cixous consideraba a esta autora brasileña de origen ucraniano como un ejemplo perfecto de "escritura femenina", una polémica categoría estilística. En cualquier caso, y filosofía aparte, 'La hora de la estrella' es la obra más accesible de Lispector y la mejor para introducirse en su obra. Su protagonista, Macabéa, es una emigrante perdida en la ciudad cuya vida transcurre a medio gas sin que ella parezca darse cuenta. Cuenta cosas triviales, pero parecen epopeyas. Y muy importante: la escritura de Clarice Lispector no se parece a ninguna otra.

'Ante el dolor de los demás' (2003), de Susan Sontag

Por qué lo debe leer un hombre. Porque es un ensayo crucial sobre un elemento típicamente masculino, la violencia visual, que se ha convertido en una presencia diaria en nuestras vidas. La ensayista Susan Sontag tenía una habilidad asombrosa para aproximarse a un tema, diseccionarlo con cuidado y llegar a conclusiones radicalmente brillantes. Este libro, que trata de la violencia de los reportajes de guerra, las fotos de catástrofes e incluso el cine 'gore', es uno de esos rarísimos textos de los que el lector sale viendo el mundo de otra manera y sintiendo que ha aprendido algo útil. Los libros de Sontag enseñan a pensar, y están a años luz de la autoayuda.

'Éramos unos niños' (2010), de Patti Smith

Por qué lo debe leer un hombre. Porque si hay un terreno machista ese es el del rock. Y allí, Patti Smith se ha movido con muchos obstáculos hasta conseguir el respeto de todos. En este libro la artista retrata, desde su exclusivo punto de vista y con la excusa en primer plano de contar su relación con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, cómo era la vida en el Nueva York de finales de los 60 y en la década de los 70 y como la vivió una Patti Smith aún relativamente desconocida que compartía habitación con Mapplethorpe -quien la retrató para su icónica portada de ‘Horses’- en el Hotel Chelsea. Una pareja que, al no tener dinero para pagar dos entradas a una exposición, decidía quien iba para contárselo luego al otro y que escuchaba cómo, cuando un par de turistas discutía sobre si eran o no artistas famosos, decían: “Son sólo niños”. Porque hasta ellos fueron solo niños.

'Al faro' (1927), de Virginia Woolf

Por qué lo debe leer un hombre. Porque es un análisis perfecto de las relaciones familiares y de un matriarcado simbólico a través de un personaje, la señora Ramsay, que escapa a todos los clichés sobre la maternidad. En esta novela, Woolf narra las vacaciones de una familia en una casa de campo, y va dando paso a la voz de los distintos personajes. Todos planean hacer una excursión a un faro cercano, pero el tiempo pasa y la idea se aplaza. Leído con detenimiento (ya saben, la escritura de Woolf es por momentos alambicada y compleja), es un magnífico tratado sobre la frustración de los sueños.

'Los pazos de Ulloa' (1886), de Emilia Pardo Bazán

Por qué lo debe leer un hombre. Porque, a diferencia de lo que sucede en las grandes novelas del siglo XIX ('Fortunata y Jacinta', 'La Regenta'), aquí no hay un hombre escribiendo sobre mujeres, sino una mujer que retrata un mundo de hombres. Esta novela, considerada escandalosa en su tiempo, desmitifica la Galicia rural del siglo XIX y le canta las cuarenta a una sociedad caciquismo, clasista y dominada por la Iglesia. El resultado es una novela salvaje, violenta y sin contemplaciones, un culebrón rural magníficamente escrito que sigue enganchando desde la primera página.

'Biografía del hambre' (2004), de Amélie Nothomb

Por qué lo debe leer un hombre. Porque el tema que trata, los trastornos alimentarios, es el gran ausente en la literatura escrita por hombres. Si se fija, hay multitud de novelas masculinas que tratan otras enfermedades (desde el alcoholismo hasta el cáncer, la depresión o el sida), pero muy pocas que aborden un tipo de dolencias que, estadísticamente, son típicamente femeninas. Aquí, además, viene acompañado de un texto literario magnífico, una novela autobiográfica que, en cierto modo, es como una síntesis de todos los libros que la belga Amélie Nothomb ha publicado a lo largo de su vida. En todos ellos ha deslizado elementos de su vida entre los relatos, pero en este pone los puntos sobre las íes y cuenta su adolescencia con una claridad aplastante y con un tono, el suyo, capaz de introducir humor, ironía y surrealismo hasta en los entornos más asfixiantes.

'Celia en la revolución' (1943), de Elena Fortún

Por qué lo debe leer un hombre. Porque nos han contado la Guerra Civil de mil maneras distintas, pero muy pocas veces en la voz de una mujer, en este caso una chica que está dejando de serlo. Y el resultado es escalofriante. Posiblemente el título le sonará a novela infantil, y algo de eso hay: Celia fue el personaje más célebre de Fortún, todo un clásico entre los niños españoles de antes y después de la Guerra, objeto de reediciones a lo largo de los años e incluso de una serie televisiva guionizada por Carmen Martín Gaite. Esta historia, sin embargo, no es para niños. En ella, Celia es ya una adolescente que vive la guerra en Madrid, enfrentándose a la violencia y la sinrazón con la misma actitud inquisitiva de siempre. Una novela estremecedora y un testimonio esencial sobre el impacto de la guerra en la vida cotidiana, felizmente recuperada por la editorial Renacimiento.

'Buenos días tristeza' (1954), de Françoise Sagan

Por qué lo debe leer un hombre. Porque fue la primera novela en revelar el despertar sexual de una adolescente en primera persona, sin connotaciones masculinas, dramatismo ni tópicos de novela picante. Escrita por Sagan durante unas vacaciones escolares en París, narra la historia de una adolescente que descubre de golpe y porrazo el sexo, la libertad, los celos y su consecuencia, la tristeza. Fue una auténtica revolución en su momento y el nacimiento de una estrella literaria. En la Francia de los años cincuenta, obsesionada por la moralidad y el orden, no había nada tan revolucionario como la historia de una chica que se acuesta con un ligue de verano y no le da más trascendencia de lo necesario. Leído al cabo de los años, conserva intacta su pasmosa sencillez y se sigue leyendo de un suspiro.


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