Por Claudia Arango Holguín
El Colombiano
“¡A trabajar, pero que parezca fiesta!”, decía Óscar Hernández. Él era un hombre “alegre, con buen humor, muy sensible, un gran escritor”. Así lo describe Lucía Donadío, directora de Sílaba Editores y quien estaba lista para acompañarlo a un recital al que lo habían invitado en la Fiesta del Libro y la Cultura 2017. “Parecía un niño, estaba muy emocionado de ofrecer este recital de poemas, el pasado viernes hablamos del tema”.
Ella, así como todos sus amigos y familiares lamentan la partida del poeta, cuentista, novelista, ensayista, cronista y columnista. El corazón le falló a los 91 años y medio en la tarde de este lunes.
El año pasado celebró con tertulia sus 90 años, en un lugar de letras, la Biblioteca Pública Piloto. Allí dijo que cada uno debe “hermosear” los años que le toca vivir, “no he hecho grandes méritos, salvo el de ser un trabajador enfermizo y no quedarme quieto. Ni siquiera por asuntos de salud, porque ¿cómo van a incapacitar a un poeta?”, decía.
Hernández fue columnista de EL COLOMBIANO por 50 años. Su espacio de opinión se llamaba Papel sobrante y así tituló su último libro: Papel sobrante y poemas del siglo XXI. En este recopiló los mejores escritos, llenos de humor y poesía, no dejaba pasar tampoco los asuntos cotidianos. Sobre los poemas nos dijo “son quince que no daban para un libro entero y decidí integrarlos a este volumen”. ¿Y por qué el énfasis al siglo XXI? “Porque uno está hecho de tiempo, uno es unos años juntos”, explicó.
Donadío recuerda que al poeta le quedó pendiente una segunda parte de Papel sobrante, “él quería seleccionar otras obras, él quería un segundo libro. No alcanzó”.
Se fue un poeta universal, un muy buen narrador. Un hombre que seguía escribiendo por amor a las letras. “Siempre que lo llamaba me leía un par de poemas nuevos. Es una pérdida muy grande para la literatura nacional”, concluyó Donadío.
Las exequias de Óscar Hernández, se realizaron en Campos de Paz. Ayer, martes, a las cinco de la tarde.
