La poeta venezolana María Auxiliadora Álvarez mira con detenimiento un aparador en la Biblioteca del Centro Cultural Benjamín Carrión (CCBC), en Quito. Le llama la atención la firma y dedicatoria de Juan Rulfo a Carrión sobre una edición de ‘Pedro Páramo’.

Álvarez, una de las voces poéticas más importantes de nuestra región, también se deja sorprender por unos retratos de Carrión ejecutados por Guayasamín, la antigua pileta y otros espacios de la casa del intelectual ecuatoriano, que por estos días es su casa, son sus espacios.

Ella presenta mañana allí, a las 19:00, sus libros ‘Las nadas y las noches’ y ‘Piedra en Ü’, publicados por Editorial Candaya (Barcelona). Este último aborda “la pérdida del lenguaje; la lengua congelada de quien vive durante tanto tiempo en un sitio donde no se habla tu lengua y uno termina extrañando los sonidos”, tal como lo dice Olga Martínez, editora de Candaya.

Por eso, quizás, en el más reciente poemario de Álvarez los silencios sean una constante, donde la fragmentación le gana terreno al hilar de ideas, donde se expone al “lenguaje como una manera de pensar, de sentir, de entender que es una cultura: un imaginario colectivo”, como lo señala la propia Álvarez.

Radicada por más de dos décadas en EE.UU. –donde se dedica a la poesía y a la cátedra universitaria-, la escritora confiesa que desde los 13 años escribe poemas y recuerda que en un inicio lo hacía en portugués porque vivía en Brasil, pero ni con esa lengua ha sentido “la tensión psicológica que siento en un mundo angloparlante”. Eso sí, reconoce que “cada cultura tiene sus dolores y sus bondades”, y que EE.UU. ha sido sumamente bondadoso para que ella se dedique por completo a la poesía.

Gira

Álvarez es parte del recorrido que hace por primera vez Candaya en Ecuador. La editorial establecida en Barcelona llegó para participar en el X Festival Internacional de Poesía de Guayaquil Ileana Espinel Cedeño, que se realizó la anterior semana.

“Nos hemos llevado una gran impresión hasta el momento del país (Ecuador). Ha superado nuestras expectativas y vemos un movimiento de editoriales independientes importantes”, dice Paco Robles, también editor de Candaya, quien sobre la mesa tiene algunos títulos de autores ecuatorianos. “Mira, no es solo lo que uno deja; efectivamente, es también lo que nos llevamos. El visitar un país nos permite el nutrirnos realmente de la literatura que tiene”, comparte.

“Los libros tienen que caminar. Vivimos en un momento donde la población lectora es pequeña. El despertar el gusto por la lectura se vuelve una misión de las editoriales”, sostiene por su parte la editora Martínez, quien toma un libro de la obra de Pablo Palacio, de quien ha escuchado buenas críticas. “Sé que Leonardo Valencia le dio a Vila-Matas un libro de Palacio, y le encantó. Y Enrique es un gran lector y crítico”.

Candaya también es la editorial donde publica la escritora guayaquileña Mónica Ojeda, a quien “admiran profundamente” porque es una joven de la “estratósfera”. “Tan joven y con tanto talento. Es increíble su discurso, su madurez y su literatura”, señala Martínez, mientras su colega Robles resalta “el éxito que ha tenido entre los lectores”.

Otro autor de Candaya es el poeta guayaquileño Mario Campaña, quien fue justamente el que generó el interés de la editorial sobre la obra de María Auxiliadora Álvarez.

“Contactamos a María Auxiliadora por Mario, tras una antología preciosa donde ella aparecía. Es una autora extraordinaria, una de las mejores poetas de la que nos sentimos felices de publicar su último libro y ‘Las nadas y las noches’, que se presentó ya en Guayaquil”, cuenta Martínez.

El recorrido de Candaya y de Álvarez culminará en Cuenca, una ciudad que no le es ajena a la poeta venezolana, pues participó en el Festival Poético La Lira, en 2015. (DVD)

Con información del diario La Hora (Ec)