Por Fernán Cisnero
El País (Uy)
—Otro libro de cuentos. ¿Qué necesidad?
—Ganas de contar y aterrizar algunas cosas que tenía en mi memoria. Es, mucho más memorioso que el anterior.
— ¿Por qué eso?
—Era lo que tenía más a mano. El primer libro fue gestado durante mucho tiempo pero acá sabía que quería sacarlo en dos años: el camino más corto fue recurrir a algunas historias que estaban en mi memoria.
—¿Cuándo encarás un libro, lo trabajás con un plan preconcebido?
—No, por eso son tan distintos los cuentos y por algo hay una parte que es muy de recuerdos -esas “medias verdades” del título- y el resto es ya ficción, lo que no quiere decir que no sea verosimil.
—Está muy buena la crónica con Paco Espínola...
—Esahistoria es rigurosamente verdad. Cada punto y cada coma. Eso lo había contado en una jornada sobre Espínola en San José. Y el año pasado lo volví a contar y el escritor Alvaro Ojeda me dijo que tenía que escribirlo en cuento. Y lo hice. Y es el único relato que es totalmente verdad.
— ¿Era inquieto culturalmente el San José de tu niñez?
—Para mi, sí. Entré a la radio a los ocho años y ahí conocí un montón de artistas, a todos los que iban al Teatro Macció. Aún recuerdo que estuve bastante con Alain Debray, que yo no sabía que era Horacio Malvicino. Darío Vittori, Landriscina, Isidro Cristiá...
— ¿Qué hacías con ocho años ahí?
—Atendía el teléfono en el programa El largo musical. Un febrero, a la hora de la siesta contesté una pregunta y gané una torta en ese programa. Al otro día fui a buscarla y me senté a mirar la consola y el conductor del programa me preguntó si quería atender el teléfono. Le digo que sí y fui todos los días. A los 10 años, ya era operador. Del programa de Abel Soria, por ejemplo.
—Otro cuento de Medias verdades que me llamó la atención es “Iniciación” donde básicamente hacés un tutorial de cómo hacer un nudo de corbata según tu padre...
—Las historias surgen de alguna frase. Hace muchos años en Treinta y Tres y Buenos Aires siempre veía un graffiti que decía “la corbata es el nudo de la garganta”. Y tengo siempre muy presente, la tarde que mi padre me enseñó a hacer el nudo de la corbata antes de empezar el liceo. Es un nudo doble muy difícil de hacer. Y como recuerdo de aquel momento y porque mi papá se murió muy joven, era un tipo muy querido y al que yo admiraba mucho, sí, hay una suerte de homenaje a él.
—El libro tiene, en algunos relatos, comentarios digámosle “políticos”, un poco de la coyuntura. O sea la opinión del narrador está muy presente.
—Aprovecho muchos de los relatos para decir un montón de cosas. No sé si es una intención más política pero sí hay reflexiones sobre aspectos que los vinculan más con el Uruguay, con la actualidad o con el ejercicio del periodismo. Es ponerle la pata en la actualidad que en el otro libro no estaba. Son temas que están bueno decirlos.
— ¿Cuánto hace que tenés tu programa, Sábado Sarandí?
—Van a ser 16 años, en diciembre.
—Has tenido, así, un conocimiento directo de la cultura uruguaya.
—De algunos aspectos de la cultura uruguaya. No es “así está el mundo amigos”, es “así está un partecita muy pequeña del mundo”.
— ¿Y cuál es esa partecita tuya?
—La que pasa por la agenda, por los temas que están en el momento, los que me pueden interesar, tratar de mirar desde la cultura temas como la ciencia, el deporte y la gastronomía. Y tener una mirada muy abierta. La permanencia y el lugar que puede llegar a ocupar, no quieren decir que por ahí pase toda la cultura.
— ¿Y cómo congeniás un programa cultural, con, por ejemplo estar en la televisión? ¿Sos el mismo?
—No, para nada. En el resto de los programas, lo único que hago es acompañar otros formatos. En Sábado Sarandí estoy en mi estado natural.
— ¿Cómo observas el momento cultural en Uruguay?
—Cantidad no es calidad. La cultura no es una sola y tenés sectores muy dinámicos. El tema es cuáles son los criterios para evaluar el estado de la cultura. ¿Calidad? ¿Público? Hay más fondos destinados a eventos culturales, eso está bueno. El tema son los resultados. Siento que, en general, los realizadores pecan de ser un poco egoístas. Hago las películas o las obras de teatro que yo quiero hacer aunque no las entienda nadie y si no viene nadie, echo la culpa a que el público no está preparado. Lo que se está viendo es una mayor flexibilidad de parte de los creadores de admitir que pueden hacer otras cosas en forma menos egoístas.
PERFIL
Un hombre de varias artes
Conduce desde hace 16 años, Sábado Sarandí, eso lo ha convertido en una figura prestigiosa y prestigiante en el ambiente. Además de su faceta de periodista (que la desarrolla en un par de espacios más en Sarandí, en Nuevo Siglo y en La Tele), Clara —nacido en San José en 1965— tiene tiempo para otras pasiones: la ilustración y la creación literaria. La primera la exhibe en las redes sociales (y este año en la Fundación Iturria) y tiene publicados dos libros de poesía y dos de relatos (La terrible presión de la nada y Medias verdades.