Zadie Smith es un fenómeno de la narrativa inglesa actual, en razón de que, con apenas veinticuatro años, se instaló en las páginas de lo que puede llamarse el selecto club de la revista 'Granta', como mejor novelista joven británico, gracias a su impactante novela, 'Dientes blancos' (2001); y en 2006 fue incluida por la revista 'Time' en la lista de las cien personas más influyentes del año. Quince años después de iniciar su meteórico periplo, se presenta con la extensísima novela 'Tiempos de swing', cuyo título indica una sinergia con la música y el baile con muchas referencias a Michael Jackson. “Estaba en casa de Tracey, viendo 'Top of the Pops', cuando emitieron el videoclip de 'Thriller', era la primera vez que lo veíamos. La madre de Tracey se entusiasmó muchísimo: sin llegar a levantarse, bailaba desaforadamente, meneándose de arriba abajo entre las grietas de su sillón reclinable”.
La novela se trata de una historia de amores y traiciones que se desarrolla en dos épocas, más que todo en los 80, y tres lugares (Londres, Nueva York y una aldea africana). Una amistad (lo que se dice compinche en toda ley) de infancia y adolescencia entre dos afros inmigrantes, unidas por la condición de disfuncionalidad de sus respectivas familias, por la pobreza y la marginación (que recaía en ‘pakis’, asiáticos y negros), y sobre todo por su afición al baile y la música ochentera. De las dos amigas que llevan el baile en las venas, es Tracey la que con el tiempo triunfa como artista, pero su vida personal termina en desastre, mientras que la narradora (nunca se menciona su nombre) se convierte en asistente y todera de Aimee, una estrella que, en el momento más inesperado, después de haberla exprimido (se diría esclavizado) por más de una década, la tira como un traje que ya no sirve, y la deja valiendo nada: “Según las férreas cláusulas, cualquier cosa que saliera de mi boca ya no me pertenecía, ni mis ideas u opiniones ni sentimientos, ni siquiera mis recuerdos. Todo le pertenecía a ella. Todo lo que había ocurrido en mi vida durante la pasada década era de su propiedad”, narra en la obra. Y cuando en la vida de la narradora no dejaba de llover, en la de Tracey, víctima de la droga y de las malas elecciones, no escampaba; pero el fracaso de las antiguas amigas no sirvió para unirlas de nuevo.
Lección o moraleja de esta novela de mucho ‘swing’, con la que Smith hará bulla en el próximo Hay Festival es que que el precio que se paga para ver triunfar a otros es muy alto, que es asaz inútil intentar ayudar a una persona autodestructiva y que no es nada fácil sostener una amistad toda la vida. Como todos los libros de la autora, además de pasearnos por una Londres barriobajera, este también muestra las fricciones culturales y las dificultades que tienen los inmigrantes para adaptarse a una sociedad que de plano los excluye.
TOMADO DE EL TIEMPO