Managua.- El escritor nicaragüense Sergio Ramírez cumple el viernes 75 años entre viajes y ferias de libros, su esposa de siempre, sus ocho nietos y a punto de publicar una nueva novela. Evocando una canción de la francesa Edith Piaf, dice que su vida no la cambiaría y que no tiene de qué arrepentirse.
Nacido en la pequeña ciudad de Masatepe el 5 de agosto de 1942, Ramírez se graduó de abogado con honores aun sabiendo que quería ser novelista, oficio que tuvo que alternar mucho después con su trabajo como vicepresidente de Nicaragua en una de sus etapas históricas más intensas: la revolución sandinista (1979-1990).
"Cumplo 75 y no siento que deba hacer ningún drama, vivo la vida día a día, con mucho contento porque felicidad me parece una palabra altisonante. Estoy satisfecho de lo que tengo y no me arrepiento de nada", cuenta a Dpa en su estudio con ventanas al jardín y que él considera "el sitio ideal" para escribir.
Su momento más dramático lo vivió a los 17 años, el 23 de julio de 1959, cuando el dictador Anastasio Somoza ordenó abrir fuego sobre una protesta estudiantil en la ciudad de León (occidente), donde Ramírez estudiaba Derecho. Los primeros muertos que vio en su vida fueron sus compañeros de clase.
Impactado, escribió la primera crónica del suceso para un periódico que sólo salió ese día y el recuerdo de aquella tarde lo persigue hasta hoy. "Me veo correr por las calles bajo los disparos y las bombas lacrimógenas. Es el recuerdo más indeleble, estremecedor y trágico".
A los 21 años publicó su primer libro, "Cuentos" (Managua, 1963), que su novia "Tulita", con quien se casó luego, vendió puerta a puerta en León. Ambos conservan un único ejemplar en un ropero antiguo que atesora también la pipa del escritor argentino Julio Cortázar y la pluma del joven poeta nicaragüense Fernando Gordillo, con quien fundó el movimiento literario Ventana.
Hacia finales de los '60, Ramírez viajó a Costa Rica donde dirigió la revista "Repertorio" y fue secretario general del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA), hasta que en 1973 se trasladó a estudiar a Berlín, Alemania. De regreso en San José, fundó en 1978 la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA).
Tras apoyar la lucha antisomocista que llevó al triunfo de la revolución en 1979, fue miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y en 1985 asumió como vicepresidente del primer gobierno de Daniel Ortega. Se separó del Frente Sandinista en 1993, por disentir del liderazgo de ese partido, que todavía controla Ortega a sus 71 años.
Con una vasta obra traducida a 20 idiomas, entre la que destacan novelas como "Sara", "La fugitiva" y "Castigo Divino", Sergio Ramírez ganó en 1998 el Premio Alfaguara con "Margarita, está linda la mar". En 2014 recibió emocionado el Premio Carlos Fuentes, el más importante galardón literario de México.
Si el premio Alfaguara lo invirtió en pagar las deudas de una frustrada candidatura presidencial por el disidente Movimiento Renovador Sandinista (MRS, en 1996), con el premio Carlos Fuentes pudo comprar y remodelar la sede de la Fundación Luisa Mercado, en Masatepe, donde ahora imparte talleres literarios gratuitos a jóvenes poetas y escritores.
En esos encuentros, el laureado autor comparte sus más valiosos secretos: "Leer 'Las mil y una noches' para nutrir la imaginación, escribir al menos dos horas por día y nunca estar satisfecho con un texto... siempre corregir y corregir".
Con esa persistencia revisa Ramírez las últimas pruebas de "Ya nadie llora por mí", una continuación de su novela policial "El cielo llora por mí" (2009), que entrará a imprenta también bajo el sello Alfaguara y que el escritor presentará en octubre próximo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México.
En la misma feria, Sergio Ramírez lanzará su "Antología personal: 50 años de cuentos", editada por Océano, prologada por él mismo y que incluye una veintena de sus mejores narraciones, publicadas durante medio siglo de vida consagrada a las letras.
Con información del diario El Universal (Ve)