Por Carles Geli
El País (Es)
Analizar los problemas más contemporáneos y urgentes, tomarle el pulso a los debates más candentes del momento y abordar las nuevas inquietudes: ecología, feminismo, el freudomarxismo, el antiautoritarismo, la contracultura… Esas eran algunas de las coordenadas vitales de Cuadernos Anagrama, una de las colecciones más emblemáticas de la editorial que, en 1969, fundara Jorge Herralde. Tardó apenas un año en lanzarla. Duró hasta 1982, con un balance de 165 títulos. Eran textos breves, con voluntad de ir al cuerpo a cuerpo ideológico, como destilaban físicamente su formato pequeño y precios reducidos… Paradojas (o no) de la vida, fondo y forma podrían ser perfectamente planteamientos de hoy, tiempos de “un nuevo momento del ensayo, con un interés sociopolítico por una realidad cambiante muy grande y con claro agotamiento de algunas de las soluciones imperantes”, resume la editora Silvia Sesé para justificar la próxima reaparición, en octubre, 35 años después, de la mítica colección, ahora bajo el epígrafe Nuevos Cuadernos Anagrama.
La serie dio entonces voz, por vez primera en España, a autores como Lacan, Lévi-Strauss, Noam Chomsky o Wilhelm Reich, salpimentados por clásicos como Rosa Luxemburg, Mao o Che Guevara. El primer título fue Las raíces de la burocracia, del intelectual comunista polaco Isaac Deutscher. La nueva etapa empieza, sin embargo, con un regusto más literario: Emmanuel Carrère, el autor de Limónov, arranca con Calais, lacerante reportaje sobre el inmenso submundo, en formato campo de refugiados, en el que malviven los inmigrantes ilegales varados ahí al no poder saltar a Inglaterra. Un texto autobiográfico de Rafael Chirbes, El año que nevó en Valencia, que habían hablado repescar hace un tiempo, pero que la muerte del escritor en 2015 dejó en el aire, será el segundo, mientras otro clásico internacional del catálogo, Claudio Magris, firma El secreto y no, sobre la reserva, el misterio y el sigilo como arma de poder, en lo íntimo o en la literatura.
Como muestra de que dominarán los títulos de combate y de que parte de los textos serán también fruto de encargos de la propia editorial, Sesé cita Nueva ilustración radical, de la filósofa Marina Garcés, que cerrará el primer lanzamiento de cuatro títulos: “Hablamos con ella sobre el concepto de radicalidad, y nos entregó esta mirada crítica acerca de los movimientos reaccionarios antiilustrados nacidos con la crisis y una propuesta para conjurarlos”. El libro de Garcés también es denotativo de otra característica de la nueva vida de la colección, como es que aparecerá en catalán y castellano, en números correlativos: “van mezclados, acorde con el espíritu de la colección”. Encargo y edición en dos lenguas son también las propiedades del libro, este sí de provocador título --La conjura de los irresponsables--, del ensayista Jordi Amat (biógrafo de Josep Benet y autor de La primavera de Múnich), que abordará el proceso independentista de Cataluña.
Un comentario crítico sobre la obra de Schopenhauer, del no menos polémico autor francés y también autor de la casa, Michel Houellebecq, completa la oferta de los primeros títulos de la serie, que quiere acercarse a la diversidad temática de la etapa primigenia, que llegó a tener 14 ámbitos y hasta directores específicos en algunas, como Eugenio Trías para los de Filosofía o Joaquín Jordá para los de cine. Volúmenes entre las 50 y las 80 páginas, precios no superiores a los 7,90 euros y una edición rústica sin solapas, “de aspecto de arte povera, que refuercen esa sensación de urgente, de tono de discusión, de cuaderno”, fija Sesé, marcarán una colección de la que Anagrama pretende sacar una media de ocho títulos al año.
Cuando fue creada en 1970, Cuadernos Anagrama (que vivió su cénit en 1975 y 1976 para languidecer rápidamente ya a partir de 1978 y secarse en 1982, cuando la narrativa arrinconó el boom del ensayo) venía a funcionar también como un vaciado de determinadas revistas que entonces era imposible conseguir en España por razones de censura, como Les Temps Modernes, Partisans, New Left Review o Il Manifesto. Hoy la censura parece de otro tipo: “Eso ahora es accesible en parte por Internet, pero tampoco es un momento de gran gloria para este tipo de textos, que por su extensión y por cuestiones económicas es difícil que hallen acomodo, y menos en papel”, piensa Sesé; por ello, asegura, “nos centraremos más en textos de encargo o propuestas de los autores por temas que susciten interés”. Cuadernos necesarios, pues, ayer y hoy.