Esta es la síntesis del conversatorio sostenido por el escritor colombiano de ciencia-ficción, Antonio Mora Vélez (AMV), con el profesor de filosofía José Miguel Serrano (JMS), en la Feria de la Lectura de Montería:
JMS: Comencemos por su definición y para ser fieles al libreto elaborado por los organizadores de este evento: ¿Para Antonio Mora qué es la ciencia-ficción?
AMV: Comencemos diciendo que la CF es el único género literario que se puede mover por toda la flecha del tiempo. Viaja hacia el futuro para mostrarlo edénico, maravilloso, o para mostrarlo tenebroso; y así tenemos la ciencia-ficción utópica en el primer caso y la distópica en el segundo. Pero también puede trasladarse al pasado para reinterpretarlo, para mostrarlo como hubiera sido si los hechos hubieran ocurrido de otra manera. Son las llamadas ucronías…
JMS: La novela de Phil K. Dick, Un hombre en el castillo, es un ejemplo de este último caso; ella nos presenta a los EEUU dividido en dos partes, la nipona sobre las costas del océano Pacífico, y la alemana con costas en el océano atlántico, producto del triunfo en la segunda guerra mundial de la alianza de Alemania, Italia y Japón sobre los EEUU, la URSS y demás aliados de occidente…
AMV: Pero no vamos muy lejos. En Colombia un escritor de nombre Orlando Mejía Rivera escribió un cuento en el cual el muerto del 9 de abril de 1949 no fue Jorge Eliecer Gaitán sino Gabriel García Márquez. Y hoy tendríamos un país diferente si Gaitán hubiera sido presidente pero no tuviéramos un premio Nobel ni hubiéramos podido leer Cien años de soledad.
JMS: Entiendo que tienes tu propia definición de lo que es el género y que incluso tienes una polémica con otros escritores que no la ven de esa manera.
AMV: Así es. Para mí un relato es de ciencia-ficción si imagina una realidad diferente, idílica o catastrófica, aquí en la Tierra o en otro mundo, en el futuro, en el presente o en el pasado, y usa el recurso de la ciencia para justificar su posible existencia. Lo cual quiere decir que para mí las utopías y las ucronías son también ciencia-ficción. Y que me parece injusta y descalificadora de grandes obras y autores del género la tesis de solo considerar ciencia-ficción a las distopías.
JMS: ¿Cuál es tu opinión sobre los orígenes del género? Se dice que obras de autores pre-modernos como Luciano de Samosata, Tomás Moro y otros son de Cf. ¿Tú qué opinas?
AMV: Incluso otros como Valmiki, el autor de El Ramayana, novela escrita tres mil años A.C. y en donde hay aviones de propulsión a chorro y pistolas laser; y Voltaire con su novela Micromegas, pero yo creo que la Cf es un género esencialmente moderno, que solo pudo desarrollarse cuando a la sociedad le resultó evidente que los mundos natural y social cambian. Y esto empezó a ser con Newton, con Marx y con Darwin. Tal y como lo sostienen Sholes y Rabkin, dos de los teóricos más conocidos del género. No es casual que los casos de la llamada por algunos pre-ciencia-ficción se pueden contar con los dedos de la mano, en cambio que a partir de la sociedad científica e industrial los autores y obras se cuentan por miles.
JMS: Pero hay países que no son muy desarrollados científica y tecnológicamente como Cuba y tienen una buena ciencia-ficción que tú conoces porque entiendo que has ido a encuentros de ciencia-ficción en ese país.
AMV: Cuba tenía un buen desarrollo científico y tecnológico antes de la revolución, recuerda que antes que en Colombia existiese la televisión, en Cuba ya la tenían y a colores. Que hoy no sea un país altamente desarrollado es otra cosa explicable por el bloqueo que le hace EEUU desde hace 50 años y por las falencias del sistema. Pero la ciencia-ficción se nutre de los descubrimientos del mundo científico y los cubanos no están aislados de él. Y conozco una Cf cubana que cuestiona algunos aspectos del sistema, lo que demuestra una vez más el carácter crítico del género.
JMS: Pasando al tema de tu obra, mi opinión es que tu mejor novela es Los nuevos iniciados. Hay en ella unos ingredientes esotéricos, el de los ángeles por ejemplo, y una crítica a la sociedad humana que fue capaz de auto-destruirse.
AMV: Esa novela, te anoto, es utópica y distópica al mismo tiempo; con ella yo rompo con el criterio de enfrentar las dos variantes como si fueran antagónicas. En ella la humanidad ha casi desaparecido después de una conflagración causada por los llamados Exterminadores, pero quedan reductos en varias partes del planeta; yo sitúo los de la novela en el Golfo de Morrosquillo, en la tarea de reorganizar el tejido social con la ayuda de unos ángeles que han llegado del cielo. Y así empiezan a recibir los inventos que antes tuvieron y que ya casi habían olvidado, como la televisión, y terminan construyendo los instrumentos musicales con los cuales formaron una banda que los puso a bailar los ritmos del ancestro.
JMS: Hay ángeles y una especie de nueva religión en esa novela…
AMV: Son los mismos ángeles custodios de María después del parto, los mismos que le anuncian a Lot le destrucción de la ciudad y que aparecen tantas veces en la Biblia. Y el ritual que surge en el poblado de sobrevivientes lo tomé del ritual del aprendiz masón y lo hice para significar que los pueblos siempre han necesitado de un culto, religioso, mítico o de cualquier clase, como factor de cohesión social…
JMS: Otra novela tuya que me gusta es Viaje al universo vecino, hay en ella un planteamiento filosófico y científico interesante…además en ella tu retomas el tema de las space ópera, que es uno de los temas que le gustan a los jóvenes amantes de la ciencia-ficción fílmica.
AMV: Aparte de ser una ópera espacial por las visitas a varios planetas asombrosos, en la novela hay un planteamiento que acoge la tesis de que en el macrocosmos existen espacios en donde no rige la gravitación, esto es, la física newtoniana, sino la mecánica cuántica, como los llamados agujeros negros, pero se agrega que también pueden existir no solo cuerpos sino universos enteros regidos por esas leyes. Y a ese universo vecino cuántico que yo describo llegan los astronautas de la novela.
JMS: Una inquietud que me interesa plantearte Antonio es la de que nos expliques para qué sirve la ciencia-ficción, sobre todo a los jóvenes, como los que hoy tenemos aquí en el auditorio. Como sabes muchos califican erróneamente al género como escapista, como un distractor que no le aporta gran cosa al conocimiento.
AMV: La ciencia-ficción es un género humanista, crítico y que enseña a pensar dialécticamente, lo cual quiere decir que no cree que existan realidades inmutables sino todo lo contrario que lo que hoy es mañana puede no ser. Esto avala el pensamiento crítico y les abre a los jóvenes la perspectiva de pensar en mundos y sociedades diferentes. Y no necesariamente retrógrados, menos amigos del hombre, sino progresistas, más en la línea del triunfo de la especie humana frente a los peligros que le amenazan. Es también el Sócrates de la sociedad moderna; gracias a ella podemos cuestionar la destrucción que la sociedad industrial hace de la Naturaleza.
JMS: Pero sabemos, quienes conocemos tu obra, que no solo escribes cuentos y novelas sino poemas de ciencia-ficción. En qué te inspiras para escribir poesía de CF.
AMV: Mi poesía de ciencia-ficción no hace sino mostrar con imágenes y palabras poéticas las realidades que las ciencias explican con su lenguaje propio. En el caso de los poemas cósmicos, describir poéticamente los cuerpos del cosmos; en el caso de los poemas esotéricos y míticos, interpretar de manera fantástica tales historias y en los llamados poemas apocalípticos, describir posibles realidades de este tipo para alertar a la especia humana de los peligros que amenazan con acabar su reinado sobre la tierra.
Con información de teoríaomicron.com