Padre de Santiago & Valentina. Realizador y locutor de Una mirada al jazz y La Fábrica de Sueños: Radiodifusora Nacional, Javeriana Estéreo y U. N. Radio (1990-2004). Fundador y director del Cine Club Andrés Caicedo desde 1984. Fundación Social (1987): Ganador del Concurso de Cuento Cenpro TV, con Movimiento en falso. Feria Int. del Libro de Bogotá: conferencista invitado (1987-2005). U. Central (2006): Finalista del Concurso Nacional de Cuento 25 Años del TEUC, con Noticias del imperio, por Henry V. Miller (La muerte del endriago y otros cuentos, U. Central, 2007). U. Central (1999): Miembro del Taller de Escritores. U. Nacional (2000-02): Profesor de la Fac. de Derecho en la cátedra Vida Universitaria. U. Central (2005-07): Docente en los seminarios Movimientos y renovación en el cine, Cátedra de Derechos Humanos, en los Cursos de Contexto Shakespeare, Constitución Política: un proyecto de nación, Maestrartes y Descubrir el cine: narrativas y tendencias. Finalista del Concurso Nacional de Cuento 25 Años del TEUC, con Noticias del imperio, por Henry V. Miller (La muerte del endriago y otros cuentos, U. Central, 2007). Autor de ensayos sobre los escritores J. Cortázar, R. Arlt, M. Delibes, J. Díaz, A. Caicedo, Á. Cepeda, A. Echeverri, L. de Greiff, J. A. Osorio, A. Salazar, A. Palacios, N. Montt, A. Carvajal; también, sobre los cineastas L. Buñuel, M. Camus, R. W. Fassbinder, A. Jodorowsky, A. Kluge, S. Kubrick, A. Kurosawa, E. Lubitsch, M. Scorsese, A. Tarkovski, J. Vigo, W. Wenders. U. Central: Participante en el II Simposio Int. de Literatura Indefiniciones y sospechas del género negro (20 a 22.IX.06); en el IV, De viajeros y destinos (22 a 24.X.08); en el V, Los viajes que Gulliver olvidó (4 a 6.XI.09) y en el VI La ficción de la historia (8 a 10.IX.10). U. Central: Escritor Invitado a la Noche de Narradores con el ensayo Miguel Delibes & Los santos inocentes: el desalmado rostro de una sociedad (24.V.10). U. Nacional: Invitado por la Escuela de Cine con las conferencias Kurosawa: entre el combate y la contemplación; El cine de Ernst Lubitsch: la tristeza hecha humor…; Memoria y conciencia histórica en relación al cine; El papel de la crítica de cine en el panorama nacional… (Bogotá, IX-XI.10). U. Nacional (2010): Invitado por Enda América Latina – Colombia al Taller de DDHH y Convivencia del CED Ramón de Zubiría, con la charla Derechos humanos & Convivencia en el aula (9.XII.10). U. Central (1991-2011): colaborador del Dpto. de Humanidades, del Cine-Club y de revista Hojas Universitarias.
Invitado a la X Edición del Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia (4-8.XII.09). XXIV Feria Int. del Libro de Bogotá (4-16.V.11): Invitado por MinCultura a presentar el ensayo, impreso por la misma entidad, Arnoldo Palacios: Matar, un acto excluido de nuestras vidas… (13.V.11). U. Central: Ponente en el I Congreso Int. Izquierdas, Movimientos sociales y cultura política en Colombia con el ensayo Un espíritu libre…: sobre la crisis de la cultura y los medios – Una lectura de izquierda (20.X.11). U. N. Radio: Invitado al Especial Brasil para presentar el ensayo Chico Buarque: No hay que perpetuar en la partitura la tristeza… (1º.V.12). Colaborador de El Magazín de El Espectador. Invitado al V Congreso Int. de REIAL, Nahuatzén, Michoacán, México, con el ensayo Roberto Arlt: La palabra como recurso ante la impotencia (22-25.X.12). Invitado por El Teatrito, de Mérida, Yucatán, con Burgess-Kubrick y Una naranja mecánica (27.X.12). Invitado por Le Monde Diplomatique y Desde Abajo para entrevistar a Ignacio Ramonet (Director Le Monde Diplomatique, España), en Retrospectivas: Un recorrido por el Cine Latinoamericano http://www.youtube.com/user/periodicodesdeabajo?feature=results_main (5.XI.12). Co-autor del libro Camilo Torres: cruz de luz (FiCa, 2006), Crítico de cine en revistas Avianca, Cambio16-Colombia, Contravía, Stvdia Colombiana, Semana; ha escrito en Semana, Número, Hojas Universitarias, Al Margen, Agencia Periodística de América del Sur (APAS), de Argentina, Magna Terra, de Guatemala; en Agulha Revista de Cultura y Agulha Hispánica, de Brasil, Matérika, de Costa Rica, corresponsal en Colombia, en www.milinviernos.com www.fronterad.com www.auroraboreal.net www.argenpress.info y espera la publicación de sus libros La Fábrica de Sueños (Ensayos sobre Cine), El crimen consumado a plena luz (Ensayos sobre Literatura), Grandes del Jazz, Ocho minutos y otros cuentos, Músicos del Brasil, La larga primavera de la anarquía – Vida y muerte de Valentina (Novela). En la XXVIII Feria Int. del Libro de Bogotá lanzó su libro Cine & Literatura: el matrimonio de la posible convivencia, editado por la U. Los Libertadores (6.V.14). Invitado al Encuentro de Escritores Vuelven los Comuneros, de Santander, Colombia (28.IX-5.X.14). Invitado por la U. Federal del Espíritu Santo, en Vitória, Brasil, al I Congreso Internacional Modernismo y Marxismo en época de Pos-autonomía Literaria, como ponente y parte del Comité Científico (26-28.XI.14). Invitado al III Festival Int. de Literatura, Duitama, Boyacá, con la ponencia El jazz y su influencia en la Literatura (28.V.-1º.VI.15). Invitado a la XXXV Semana Internacional Bolivariana con la charla-audición Una mirada al Jazz: una historia negra (Duitama, 25.VII.15). Ha hecho corrección de estilo para Norma y Mondadori, para la Plataforma Colombiana de DDHH, Democracia y Desarrollo y Enda AL-Colombia. Hoy traductor y coautor, con Luís E. Soares, de ensayos para Rebelión.
Para que los políticos no se alcen con todo
Por: Augusto Pinilla Vargas
Me corresponde ahora introducir el libro de relatos Ocho minutos y otros cuentos, firmado por Luis Carlos Muñoz Sarmiento. Ya me había ocupado, a comienzos de 2014, por regocijo y entusiasmo, con un volumen suyo de saludables ensayos. En esta miscelánea que empiezo a examinar y no puedo fatigar todavía por su intensa y multitudinaria variedad, puedo encontrar características que asombran: no obstante los personajes adultos y la accidentada vida de varios seres comunes, todo el tiempo he percibido algo como el bullicio y el tipo de lenguaje de la rebelión juvenil de los universitarios en Nanterre que explotó el 22 de marzo de 1968, con ese “prohibido prohibir” y la broma paródica de “amaos los unos sobre los otros” o la verdad desnuda de que del lado de la libertad “todos somos judíos y alemanes”. Este autor tendría once años cuando aquello ocurrió. Hoy tiene once años menos que los líderes de esa estudiantil y fugaz utopía, que soñó posible quizás un liderazgo estudiantil de supremo alcance social y que fue festejada por varios artistas y librepensadores: Carlos Fuentes y Julio Cortázar, por ejemplo, que llegaron a historiarla; y la asistencia de grandes que agonizaban y otros en su luminoso comienzo: Camus, Sartre y Foucault. Los estudiantes que entonces llevaron la voz cantante, el si bemol mayor, son hoy gerentes que toman vitaminas y van al gimnasio y responden entrevistas, algunas realizadas por Daniel El Rojo Cohn-Bendit, el líder más notable de aquella gestión. Esto en cuanto al ánimo y al ritmo del libro, que ventila situaciones totalmente distintas. De todas maneras, afectaron mucho la inercia social y el prestigio del establecimiento político y económico.
Si hablamos de literatura, el riesgo actual del relato breve o largo identifica por su ejercicio a los verdaderos escritores, pues el mundo editorial comercialista excluye de sus planes los ensayos, los relatos y los poemas. Esto en un momento precedido por Hemingway, Borges, Cortázar, Rulfo, Bioy Casares… pero es claro que la industria y el comercio entienden siempre mejor todas las cosas y en estos casos es el dinero el que decide. Detrás, por ejemplo, del relato aquí titulado Una víctima del odio vería yo algo que me recuerda vagamente la pesadilla que Edgar Allan Poe tituló William Wilson, pero con la sobrecarga de la monstruosa y vertiginosa evolución de las formas del crimen desde entonces y hasta ahora.
Si habláramos de los relatos de mi experiencia lectora recordados con más insistencia mientras leía Ocho minutos y otros cuentos, diría que fueron La soledad del corredor de fondo, de Alan Sillitoe, y Graffiti, de Julio Cortázar, este último en su colección de Queremos tanto a Glenda. Y si la literatura, su arte, es un problema de lenguaje antes que de asunto, lo varias veces divertido y algunas otras aterrador de estos asuntos, en los que los ocho minutos pueden convertirse en 25 años de prisión por jugarreta macabra del destino, aquí también la actualidad, pero además novedad y sorpresa del lenguaje serán lo que mejor importa. No es del caso demostrarlo con citas, descontextualizando de los relatos fragmentos para articularlos en una introducción, sino que se trata de una afirmación digna de fe, como podrá comprobar todo lector.
Otro sortilegio formidable está en el realismo rotundo de las historias que, por demás, son todas ficciones, pero se configuran como crónicas de ese estimulante periodismo pautado por el autor del texto, antes que por las intenciones de la empresa. Al fin de cuentas la crónica es desde el comienzo de la literatura hispanoamericana nuestro género territorial más universalizado. Todas son ficciones que quizás logran hacer sentir vivamente lo que pasó y esto se prueba aquí en relatos como Noticias del imperio, por Henry V. Miller, que con ese título de Fernando del Paso entraña lo que pudiera ser un momento crucial del destino del escritor gringo, al que también involucra; o con asumir desde el autor la primera persona para relatar momentos últimos de la vida del Che Guevara, en Yo, Ernesto Guevara, Che: un cuento que no acaba; pero también en El boxeo soy yo… también en primera persona sobre la vida de Kid Chocolate y quizás de tan sabrosa naturaleza como Torito, aquel querido relato del muy querido Cortázar. Pero también Un hombre bueno no escribe novelas, esa certera sentencia acerca de Andrés Caicedo, que titula aquí una autobiografía del autor de ¡Que viva la música!, pero vivida y escrita por Muñoz Sarmiento: Simone Weil creía que la única ficción justificable es aquella que no podríamos considerar irreal.
De la conciencia de la tragedia de nuestra nación, sólo digo que aquí están de cuerpo presente, pasado y futuro. Las alusiones precisas y varias veces con temerario nombre propio a los funcionarios criminales manifiestamente protegidos por gobernantes, los que por el aparato logístico podrían ser sólo crímenes de Estado o de ejército y policía a secas, y el ocurrente y rico sarcasmo y la inevitable y abundante ironía. La figura tan apocalíptica como dantesca del mal llamado falso positivo, aporte supremo de las autoridades colombianas para mejor educación del planeta. Lo absurdo y lo bizarro y la tragedia hasta hoy irreversible de que los políticos se alcen con todo están aquí en pleno, sin que quizás pueda negarse nada.
Ficciones reales, desde el método imaginativo pero más que realista protagonizado por Indialecio en el cuento Mi vecina de Subaychoque o por Andrés en El sustico o por Anton en Asuntos virtuales, que aquí nos representan mejor el como en realidad es que el como todo podría ser. Y, cómo no, en el cuento-ceiba de este volumen, Relato para leer después de casarse, un pretexto literario de gran calado para hablar de otras alianzas: las non-sanctas de un país consagrado, por contraste, por inútil contraste, al Sangrado Corazón de Jesús, como quien deposita todas sus esperanzas en la para nada deleznable idea, eso sí, de que los políticos, finalmente, no se alcen con todo.