Pereira, Risaralda
Escritor colombiano dedicado a la literatura, a la estética de los nuevos medios y a los fenómenos culturales desde la perspectiva del Simboanálisis. Entre sus libros de ensayo se encuentran publicados: Ciudad gótica. Los destinos virtuales de la palabra. El lector como cazador (de sentidos). Los niños hidropónicos. Las proyecciones de Prometeo. Introducción al Simboanálisis. Entre la espada y la palabra. De su obra creativa destacamos: Esculpir una idea (aforismos). La ruta del deseo (poesía). Trancón sobre el asfalto (novela). Viagra para el eunuco (crónicas). Las mujeres bellas no bailan de noche (cuentos). Actualmente es el presidente de la Asociación Internacional de Simboanálisis (AIS). Ha recibido el Premio Catharine Amy Dawson Scott 2016, por el conjunto de su obra y el Premio EscriDuende de la Feria del Libro de Madrid 2016, al mejor autor hispanoamericano.
Comentarios críticos
Sobre Las mujeres bellas no bailan de noche, el escritor colombiano Gonzalo España ha dicho:
«Con estos cuentos -entre sutiles y bellamente escuetos-. Argüello llega a consagrarse como uno de los escritores que mejor capta en la literatura colombiana, no tanto el eterno femenino, algo incierto en estos tiempos, sino el instante femenino. Instantes que solamente lo poético es capaz de captar con un erotismo depurado, como lo demuestra este párrafo: ‘Me impresionaron sus cejas negras, naturales, sin un sólo afeite, enmarcaban tinos gratules ojos que, por su fuerza y misterio, era imposible definir su color: estaban a mitad de camino entre azules y verdes. El pelo lo tenía recogido con una pañoleta de vivos colores. Luego encontré unos labios que, sin pintar, ofrecían el brillo de la promesa: sus pliegues, como surcos de tierra prometida, incitaban a sembrar los besos más suaves como también los más apasionados. De sus patillas brotaban unos vellos finísimos, entre negros y claros, un tierno cultivo de vellos que, se me ocurrió, podían ser solamente acariciados por el envés de unos dedos suaves de un amante infatigable. Por un momento, me imaginé diminuto perdido entre esa tupida, pero jiña, mata de vellos. Inventé un leve viento meciendo esos vellos tan tiernos y virginales...'
Pero encontramos también frases tan lapidarias y sugestivas como 'No olvides, hijo, que a las mujeres les gusta más el baile que el seso... o 'Ciertos maridos, pensaba en ese momento -dice la protagonista de La mujer y el verdugo-, son como ciertas enfermedades: empeoran cuando llega la noche'.
La primera parte del libro, cuyo nombre lleva precisamente el título Las mujeres bellas no bailan de noche, deja en punta, de forma contenida y con unos finales en exabrupto, lo que en la segunda parte. De cómo las mujeres se divierten de noche, es ya desarrollado a la manera de los cuentos clásicos.
Un libro para tener en cuenta».
Sobre Elogio de la mala musa, el escritor Argentino Facundo Diéguez dice
“Siempre es un placer leer la narrativa de Rodrigo Argüello. En alguna parte nos hace reír, ya sea por su ironía que, como él mismo lo ha dicho, nunca ha sido resentida; ya sea por ciertas acciones que no dejan de ser divertidas o porque en cualquier momento, como si de un látigo se tratara, restalla una frase que nos hace violentar el pensamiento débil. Elogio de la mala musa no es una excepción. De inmediato se percibe en estos relatos el regusto por contar una historia.
Así los temas de estas historias sean crueles, negros o macabros, siempre hay en el autor una preocupación por el arte de narrar”.
Y Jaime Arracó Montoliu, escritor catalán ha dicho:
“La última obra del profesor Argüello es una oportuna selección de ocurrentes relatos donde el sexo matiza los comportamientos impulsivos de unos personajes desenfrenados.
Elogio de la mala musa entrega con una lograda sencillez la aproximación a los enveses de las relaciones íntimas, de manera que facilita al lector engancharse a historias cotidianas llevadas un poco más al extremo: en ocasiones por los desenlaces alejados de lo evidente y otras veces por transportar cada acto a la máxima expresión de la imaginación. Sin embargo tiene la verosimilitud de lo poco común. Las distintas voces narrativas están velozmente estructuradas con soltura y precisión. Los personajes son convincentes y aparecen como los ejecutores de las ideas centrales que se despliegan sin freno y en profundidad. No prescinde de ningún juego lingüístico ni de una frescura narrativa que nos lleva por caminos dignos de ser explorados”.
José Luis López Amigo, escritor español, dijo en el prólogo a la edición española de Elogio de la mala musa (2017), lo siguiente:
“Y de esta manera en esa noche de viernes, quizás ya sábado, me encontré frente al texto y comencé a leerlo. El título, Elogio de la mala musa, ya me resultó atractivo desde el momento que lo vi. Los escritores nos pasamos la vida buscando esa musa, camino que nos lleva al paraíso que es la historia que deseamos contar, la obra que queremos realizar o el sueño que anhelamos reflejar, y Rodrigo quería hacer un elogio a una mala musa. Esto hizo que, incluso antes de empezar con el primer relato, este libro me resultase sugerente. Con la inocencia con la que nos enfrentamos con un autor al que no conocemos inicié la lectura. Lo cierto es que desde ese momento me vi atrapado por el universo imaginario de Rodrigo y la lectura no fue un compromiso sino que se transformó en el placer que es leer a un autor que tiene un universo interior que compartir. La adicción a sus palabras y la forma de componer las frases, como si fuesen la letra de una melodía que quieres que se pegue a tus labios para siempre, fue inmediata, y ahora me encuentro absolutamente abducido por su obra. Después de esa primera lectura, visceral, entregada, dejé pasar un par de días y, como el oso acude a la miel, volví a leer la obra para poder ser justo con el autor. Una vez finalizada, solo puedo decir que, al igual que digo con Estambul, ciudad a la que me escaparía una vez al año al menos un par de días, con Elogio de la mala musa creo que lo volvería a leer al menos una vez al año para no olvidarme de lo que es un escritor. Elogio de la mala musa es en sus dos partes una búsqueda de lo que para Rodrigo es una musa, sea buena o mala. Pues el escritor juega con el lector y con las musas, pero sobre todo juega con lo que para él es la excitación de su propia mente que se transforma en un relato. En las dos partes de la obra se encarga de diferenciar las musas y las dos son femeninas. En la primera parte la musa es la mujer. Esa mujer por la que el escritor y los personajes masculinos sienten deseo sin importar qué tipo de mujer sea. Da igual que sea la mujer pequeña, la bella, la mala pécora, etc. Que se convierte en un vicio, una perdición, un hábito, un peligro, un amor… o la colombiana de grandes caderas y generosas nalgas que puede hacer que el hombre más cabal pierda la cordura. La segunda mala musa es la muerte, referencia que marca la obra del autor. A estas alturas la lectura del manuscrito ha hecho que ya me haya leído una magnífica selección de cuentos realiza- da por Rodrigo donde la muerte es la gran protagonista y un poemario erótico maravilloso. Pero no es la muerte como algo trágico o malo, sino como referencia de muchos de los actos o decisiones de los personajes del autor. Sobre ambas partes sobrevuela una tercera musa que acoge y recoge a las otras dos y esa musa es la erótica. Donde la habilidad del escritor con las palabras muestra que es una musa con la que mantiene una fiel e íntima relación, que embellece el resultado final de la obra. Aunque no contento aún, Rodrigo no se sacia con coquetear con tres malas musas y continúa elogiando a otras. Si la lectura se realiza con los cinco sentidos, puedes descubrir que el propio autor en sus palabras, sus frases y sus párrafos no para de mostrarnos malas musas. En unos es la infidelidad, otras la muerte, el sexo, el engaño, incluso en algunos es el amor. Cada relato es un intento de atrapar en las hojas de esta obra a las malas musas para que sirvan de inspiración a los lectores. Esto me hace pensar que, al igual que un escritor famoso compatriota de Rodrigo que buscaba sinónimos para embellecer sus novelas, el escritor de esta obra busca musas para dibujar un cuadro de la sensualidad y la vida que no se le olvide nunca al lector. Toda la obra está bañada de erotismo y sensualidad, de deseo y ternura, de amor y de odio, pero sin estridencias. Un erotismo escrito con la suavidad con la que dos lenguas se unen en un beso para expresar las ganas de explorar lo que el deseo puede ofrecer. Pero este libro de relatos no es solo eso. Esta obra es Colombia. No la Colombia del narcotráfico, ni la del turismo, tampoco la Colombia de unos dirigentes que aún no se han dado cuenta de que están en uno de los países más bellos del mundo. Esta obra son colombianos y colombianas, sin olvidar a esos personajes que llegaron allí desde otras latitudes, como puede ser Santander. Este libro es ciudad, campo, selva, costumbres, fiestas, frases y, sobre todo, vida. Es en este punto cuando puedo deciros por qué nuestro editor piensa que somos personas con muchos puntos en común, que se pueden resumir en uno solo: el erotismo. Yo también soy, o al menos lo creía hasta que he leído la obra de Rodrigo, un escritor erótico. Rodrigo es un maestro de la insinuación, del dibujo a lápiz levantado de la seducción, de la descripción de la belleza sin destrozar la imaginación del lector con un exceso de referencias físicas. Un estimulador de deseos que seguramente agitarán con facilidad la respiración de sus lectores. El placer de leer al Premio Internacional de Literatura «Catharine Amy Dawson Scott» 2016 es solo comparable a lo que se siente cuando te estás fumando un cigarro después de haber hecho el amor, y no me refiero al de haber tenido sexo, sino al de después de sentir que has muerto un poco mientras compartías deseos, gemidos, emociones, humedades y sentimientos con la persona que te llena la vida. No quiero terminar estas líneas sin hacer referencia a ese escritor famoso compatriota del autor que no es otro que el Premio Nobel Gabriel García Márquez, uno de mis escritores favoritos, que seguro se siente orgulloso de compartir letras con un autor de la categoría de Rodrigo Argüello y a la vez se remueve en la tumba con cada uno de estos relatos maravillosos ….Creo que ya me he extendido demasiado, porque estoy seguro de que el lector quiere disfrutar de lo escrito por Rodrigo, y solo quiero deciros que, después de cada relato, respiréis profundo y dejéis que vuestra imaginación vuele a Tania, Verónica, al albino, y os dejéis seducir por la erótica de estos relatos, inquietantes, brutales, en fin, llenos de vida y de malas musas.