Revista Pijao
La huella editorial de Patricia Hoher
La huella editorial de Patricia Hoher

Por Carlos Restrepo

Especial para El Tiempo

La editora e intelectual bogotana Patricia Hoher, quien con su esposo Felipe Escobar fundaron el tradicional sello editorial El Áncora, falleció hace pocos días en la capital, por complicaciones derivadas de un cáncer de esófago.

A lo largo de más de 30 años, el agudo ojo de Hoher en el mundo editorial llegó a conformar un fondo que superó los 700 títulos, abarcando un amplio caleidoscopio de temáticas: historia, economía, ciencias políticas, literatura, poesía, periodismo, humor y arte (en libros de gran formato).

De ascendencia suiza, Hoher (1948-2017) realizó sus primeros estudios en el colegio capitalino Helvetia, de donde partió a hacer algunos cursos en la Universidad de la Sorbona, en París.

A su regreso al país, se vinculó en el área de ventas de Carlos Valencia Editores, en donde se familiarizó con este mundo, que luego se convertiría en la gran pasión de la vida.

Con el apoyo cómplice y amoroso de su esposo, con quien se unió a finales de los años 70, Patricia se lanzan a crear a El Áncora Editores, a principios de los años 80.

​Escobar recuerda que el debut en el mercado lo hicieron con tres libros muy aplaudidos: ‘Memorias de la Guerra de los Mil Días’, de Lucas Caballero; Los cuentos de Tomás Carrasquilla y una selección de escritos políticos de Simón Bolívar. “Para sorpresa nuestra, los tres libros tuvieron un éxito muy grande que nos permitió seguir haciendo otros”, anota.

Comenzaron como todos los sueños juveniles, como un salto al vacío, pero con la mirada curiosa e inteligente de Patricia, de apostarle a proyectos editoriales diferentes. Libros que avanzaran las discusiones a un nivel superior, bien fuera en el tema social, político o literario.

A los textos de Bolívar, siguieron los escritos políticos de Santander, Nariño, del cura Camilo Torres y de los radicales del silgo XIX en Colombia. A estos, se unieron una colección muy recordada de clásicos de la literatura universal con plumas como Rimbaud, Baudelaire, Valéry, T.S. Eliot y Walt Whitman.

“Queríamos hacer una editorial contestataria, crítica y con un punto de vista diferente al que en general la gente que consume información recibía en este país“, comenta Escobar.

Precisamente, muy en la línea de la editorial fue el enriquecedor diálogo intelectual que abonó la relación de los esposo Escobar Hoher. Al respecto, Felipe recuerda la clara posición intelectual que siempre tuvo Patricia.

“La recuerdo como una persona muy abierta a recibir ideas nuevas y era muy contraria a todo dogmatismo. La enervaba la gente que creía tener la verdad entre el bolsillo. Inclusive tuvimos muchas diferencias en ese sentido, ella y yo, porque yo era bastante más dogmático”, anota su esposo.

Algunos de los títulos que se volvieron un éxito–como anota Escobar- les “dieron gasolina para publicar otros libros de venta muchísimo más lenta y difícil”.

Entre los éxitos, se destacan títulos memorables como ‘De ciertas damas’, de Carlos Lleras Restrepo, ‘Memorias de un amnésico’, de Lucas Caballero Calderón (KLIM), con ilustraciones de Antonio Caballero, y ‘El transcurso legendario de una gota de sangre y otros escritos’. Este último una reunión de los mejores escritos del ex presidente Lleras Restrepo sobre la historia de Colombia en la segunda mitad del siglo XIX.

Otros de sus éxitos editoriales han conservado tal vigencia, que se tuvieron que reeditar en coediciones con otros sellos. Como ocurrió con ‘El Río’, de Wade Davis, cuya coedición más reciente fue con el Fondo de Cultura Económica.

“Al principio, yo tenía dudas de hacer ese libro, pero terminamos haciéndolo por insistencia de Patricia. Ese libro lo hicimos nosotros en su primera edición y luego vinieron varias. Se vendió en toda América Latina muy bien”, anota Escobar.

A estos títulos, se unen otros memorables como ‘Aquí estoy y aquí me quedo’, del ex presidente Ernesto Samper Pizano; ‘Palabras pendientes’, la famosa entrevista de Enrique Santos Calderón al ex presidente Alfonso López Michelsen, o ‘Bandoleros, gamonales y campesino’, de Gonzalo Sánchez, que incluso se tradujo al francés y ya es un clásico.

Para muchos de sus amigos de la industria editorial, Patricia era recordada como una persona muy afable. Gustavo Mauricio García, director de Icono Editorial, destaca el especial cuidado que ponía Patricia en los contenidos y la factura de los libros.

“Lo máximo de ella y de su proyecto es que le dio calidad a la edición independiente. Porque normalmente se consideraba que una edición independiente tenía permiso de hacer las cosas regular o mal por falta de presupuesto. En cambio, los libros de El Áncora le pusieron nivel, pues llegaban con la misma calidad de las grandes editoriales”, recuerda García.

En igual sentido se muestra Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro. “Yo conocí a Patricia en su papel de gerente de El Áncora, que fue una editorial que yo admiré porque era un fondo de autores colombianos de primer nivel’”, concluye.

 


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