Revista Pijao
Excesos de la buena fe
Excesos de la buena fe

Por Jordi Gracias

Babelia (Es)

Aunque de Luciano Bianciardi se recuerda sobre todo La vida agria, de 1962, traducida en 2012 por Errata Naturae, la misma editorial publica ahora a cargo de Miguel Ros una cuidadosa traducción de su primera novela, intensamente autobiográfica y sin duda menos agria que su novela de referencia. El desengaño en 1957 todavía no se derrama ni se ha macerado en rencor, la desilusión de los proyectos de redención cultural de la provincia (de los trabajadores, de la clase obrera cuando la clase obrera daba miedo) no son todavía melodrama barato de críticos tan enfangados como desengañados de la industria cultural ni cínica protesta por la mercantilización de los valores: es sólo el principio. Bianciardi retrata la frustración de los proyectos de una nueva cultura en la Italia rural de la posguerra cuando todo estaba por hacer y todo era posible, y el desencanto, la pasividad, el empobrecimiento de esos proyectos que no salen, embarrancan y acaban por hacer imposible nada semejante a un foco cultural potente fuera de las capitales, o fuera de Milán, que es la ciudad de la culpa. Ideología y cultura se alían por debajo de una prosa transparente, a ratos intensamente lírica y hasta sentimental, que tiene algo de confesión elíptica de un fracaso todavía con el resentimiento embridado: una lección moral con piel irónica. La publicó la editorial Feltrinelli cuando él mismo acaba de abandonarla, en 1957, y tiene algo de apólogo sobre los excesos de la buena fe sin medios, pero también de fábula moral sobre los sueños difíciles.

Autor: Luciano Bianciardi. Traducción de Miguel Ros González.

Editorial: Errata Naturae (2017).

Formato: tapa blanda (140 páginas).


Más notas de Reseñas