Florencia, Caquetá
Vivió en Bogotá la mayor parte de su vida. Estudio en las universidades Nacional, de Palmira, y del Valle, de Cali, Zootecnia y Comunicación Social. Ejerció el Periodismo en distintos medios de comunicación, como reportero y editor: diario El Siglo, Caracol Radio, Canal RCN, diario El Tiempo y los gremios Acopi (Asociación de Medianos y Pequeños Industriales) y Acicam (Asociación Colombiana de Industriales del Calzado, el Cuero y sus Manufacturas) Ha sido finalista en varios concursos de cuento. Trabajó también en el canal de televisión de la Universidad de Concepción (TVU) y en el diario El Sur, en Chile, país donde reside actualmente.
Finalista del concurso El cuentista inédito Alejo Carpentier en 1991, y del premio Platero, del club del libro en español de las Naciones Unidas en Suiza en 1995, sus textos han sido incluidos en los libros Contemporáneos del cuento colombiano, de la revista Puesto de Combate, Tesutalia, el narrador, de la Escuela de Escritores.com de Madrid, España; Los que cuentan, de la Corporación Revista Número; Bogotá por Bogotá, del Fondo de Promoción de la Cultura del Distrito Capital de Bogotá y Monina Klevens y otros cuentos, de los Premios de Literatura de la Universidad Central.
La 40 sur
Por David Betancourt
Este libro me devolvió nítida mi infancia, transcurrida en una cuadra de un barrio popular como la 40 Sur, donde suceden estos trece cuentos. En estas historias, repletas de belleza, gracia, ternura, poesía, sencillez, espontaneidad, humor, muy bien escritas, envolventes, divertidas, intensas, contundentes, conmovedoras, me vi niño jugando fútbol en la cuadra con los amigos, haciendo maldades, aprendiendo a crecer, enfrentando la vida, dejando atrás los mejores años. Es que La 40 Sur es un maravilloso homenaje al barrio, a la cuadra, a los amigos, en general a la infancia, esa época en que uno es feliz de verdad sin darse cuenta.
Nostalgia de los tiempos idos, eso es lo que deja la lectura de este libro, además de las ganas de volver a vivirlos: el colegio, los juegos, las travesuras, la curiosidad, la ingenuidad, los ídolos, las risas, los miedos, el primer beso, el perro querido, los gritos de mamá porque ya es hora de entrarse, los trabajos manuales con papá, la compañía de los hermanos, el internado para que se ajuicie, los primeros negocios, el vecino que explota balones, las horas hipnotizados frente al televisor, la pobreza aún no dimensionada, los bandoleros, las batidas, la violencia…, todo escrito de manera impecable y narrado con una naturalidad y sensibilidad tremendas.
La 40 Sur es, pues, un muy buen libro, impecable, divertido, bello, que vale mucho la pena leer. Yo sentí nostalgia, felicidad y tristeza a la vez, también me reí, pero, sobre todo, leyendo este libro de cuentos sobre la cuadra y la infancia, sentí mucho placer.