Revista Pijao
Los 316 nombres de Fernando Pessoa
Los 316 nombres de Fernando Pessoa

Nació un 13 de junio, en 1888, en Lisboa – Portugal. Su apellido Pessoa significa ‘persona’. Estuvo algunos años de su infancia en Ciudad del Cabo porque su padrastro ocuparía cargo en el consulado de Portugal en Sudáfrica. Al cumplir 17, Fernando Pessoa viajó a Lisboa para entrar a la carrera de Letras, pero la abandonó y empezó a trabajar como contable, pasó por oficinas, por almacenes, fue entonces en 1920 que conoció a Ofélia Quiroz, su gran amante, origen y fin de algunos sus poemas. No es atrevido afirmar que siguieron y siguen juntos, en la perpetuidad de los papeles.

En una de sus cartas, Pessoa dijo a Ofélia “Yo no soy común. Y no digas a nadie que nosotros salimos juntos. Es ridículo, nosotros nos amamos”.

Nunca dejó de lado su visceral actividad literaria, que llevaba en las venas. Su tía abuela, María Xavier Pinheiro, también fue poeta.

Pessoa, entre traducciones a Nietzsche, Milton y Shakespeare, llegó a dirigir más de una revista y se conocía como el propulsor del surrealismo portugués. La única obra que publicó en vida bajo su nombre fue el libro de poemas Mensaje, tras ganar un concurso; el resto de escritos que se han encontrado de él, están bajo la firma de alguno de sus 316 heterónimos, poetas, ensayistas, cuentistas, hasta científicos.

Entre los heterónimos de Pessoa más estudiados, están Álvaro de Campos, Alberto Caeiro, Bernardo Soares y Ricardo Reiss.

Inmortalizó el café A Brasileira y el restaurante Martinho da Arcada, en los que se sentaba a sumergirse en las venas más profundas de sus heterónimos.

Vivió en el auge de Mussolini, Hitler y Salazar. Rescatamos el siguiente fragmento: “Sirve mejor a la patria, un gran poeta comunista o inmoral que un pobre diablo que escribe poemas elogiosos sobre la batalla de Aljubarrota”. Sin embargo, así como unos textos declaran que no fue fascista, en otros cabe la duda pues demuestran simpatía con el sistema autoritario.

El régimen de Salazar quiso reclutarlo, le otorgaron un premio que nunca recogió.

Un gran número de páginas, 27.543 en total, con sus diferentes tipos de letra guardan reposo en un baúl que destinó para sus letras, en lo que hoy es la Casa museo Fernando Pessoa en Lisboa. Aun así, por ejemplo, el periódico Folha de Sao Paulo el año pasado escribió que fue encontrado en Brasil un nuevo poema, con fecha de 1918, el cual justamente comienza “Cada palabra dicha es la voz de un muerto”.

Falleció en la misma ciudad en que nació, el 30 de noviembre de 1935.

 

Si yo pudiera

Si yo pudiera morder la tierra toda

y sentirle el sabor

sería más feliz por un momento…

Pero no siempre quiero ser feliz

es necesario ser de vez en cuando infeliz

para poder ser natural…

No todo es días de sol y la lluvia

cuando falta mucho, se pide.

Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.

Naturalmente, como quien no se extraña

con que existan montañas y planicies

y que haya rocas y hierbas…

Lo que es necesario es ser natural y calmado

en la felicidad o en la infelicidad.

Sentir como quien mira

pensar como quien anda,

y, cuando se ha de morir,

recordar que el día muere

y que el poniente es bello

y es bella la noche que queda.

Así es y así sea.

 

Con información del diario El Espectador


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